miércoles, 30 de mayo de 2012

LXXXII.- EL ESTUDIO DE LEÓN ORTEGA ..



En los últimos años de la década de los cuarentas, y  con motivo de la fundación  de la Hermandad de la Sagrada Cena (1.948), frecuentaba diariamente, el taller que en la entrada de la antigua calle de San Cristóbal, tenía establecido el imaginero ayamontino, Antonio León Ortega.

Estaba rematando, por entonces, la imagen de Nuestra Sra. de las Virtudes, patrona del sevillano pueblo de La Puebla de Cazalla, y allí pude apreciar , la valoración del trabajo de este hombre amable, sencillo y  gran artista.

Nuestra pretensión, era que nos realizara el conjunto escultórico de nuestro "paso" de Misterio, y nuestro hombre se vio en un aprieto, pues debido a los numerosos encargos que tenía entre manos, nos puso de manifiesto, que para él hubiera sido un gran orgullo el llevar a cabo, tan atractivo cometido, pero le era  completamente imposible y en cambio se comprometía a hacernos la imagen del Santísimo Cristo del Amor.

Para su realización, nos puso una condición y era que les teníamos que proporcionar la madera de ciprés, toda vez  que a ella no le atacan los xilófagos ( insectos que roen la madera).

Por aquellos tiempos, ostentaba la Alcaldía de Huelva, don Pedro Pérez de Guzmán y Urzaiz. y como se estaba llevando a cabo la monda de la antigua necrópolis de San Sebastián, para su traslado al nuevo Cementeria de la Soledad, nos entrevistamos con él y teniendo conocimiento de nuestro deseo, nos   extendió una orden, para que  el Sr, León  Ortega, eligiera el árbol, mas idóneo para realizar el trabajo, que una vez seleccionado, fue talado, troceado y trasladado al taller, donde permaneció el tiempo necesario para su secado.

Por dicha razón, acudíamos a diario, y vimos como aquel tronco se iba transformando, poco a poco, hasta llegar a convertirse, gracias a la magia de su colosal gúbia, en esa gran imagen, que hogaño, es  tan admirada  y querida por los onubenses.

Aquel centro de trabajo, era una verdadera Facultad de Bellas Artes, ya que en él, tenía una sala el Rey del Conquero, Pedro Gómez, que con  sus envidiables pinceles, trasladaba al lienzo, todos los rincones, de los cabezos, donde  combinaba el ocre , con el fragante verdor de los pinares de tan deliciosos parajes.

En otra sala, Orduña Castellanos, nos brindaba sus jarrones de flores, donde  nos deleitábamos ante la impresionante  policromía de sus cuadros.

Antonio Brunt,  daba sus toques finales a sus soberbios retratos, donde  se apreciaba la gran   profesionalidad, que le inculcara su maestro , don José Fernández Alvarado.

El gran tallista ,Oliva, se hallaba  entregado a la gran obra, que nos legara a los onubenses, el "paso" de las Tres Caídas, que es el orgullo de nuestra Semana Santa.

Y allí, un modesto artesano, Barrios, nos ofrecía sus trabajos de dorado, bruñiendo los  delicados panes de oro, para darnos a conocer su arte primoroso.

En fin, un grupo de maestros, que les daban a nuestra ciudad un prestigia artístico de primer orden, a gran escala.

A través  de los años,  el antiguo y acreditado Colegio de San Ramón, fue derribado y construido el Cine Emperador, que ocupaba el terreno desde la calle Berdigón, hasta la  de San Cristóbal,  desapareciendo,  este gran taller, que albergaba a esta gran pléyade de verdaderos maestros de la vida artística local.

Todos ellos desde el Cielo, estarán satisfechos de la grandeza del trabajo que nos legaran, de los que Huelva recuerda, con gran orgullo y admiración.


miércoles, 23 de mayo de 2012

LXXXI.- EL ABANDONO, DE UNA GRAN AVENIDA.


En pleno pulmón de la antigua Huerta Mena, nuestra ciudad cuenta con una de sus Avenidas más  populares, la de Pío XII, que siempre ha sido el orgullo de nuestros convecinos, por su intenso tráfico y perfecta urbanización.


Cuenta con una magnífica instalación de  una red de bancos públicos, a lo largo de la misma, donde sus vecinos comentan el devenir cotidiano, que nos va ofreciendo nuestra existencia.

Asimismo, nos brinda una frondosa arboleda, con muchos años de existencia, que la distingue como una gran alameda, que nos proporciona abundante sombra en la época estival.

Pero, a pesar de su exuberante vegetación, hogaño, nos ofrece una estampa negativa, que he podido contrastar, después de un largo descanso , en uno de sus coquetones bancos, durante una extensa conversación mantenida con varios vecinos, que se quejan de que las podas efectuadas no  han sido llevadas a cabo correctamente, en su momento oportuno.

El  abundante ramaje, invade de insectos,  sus viviendas, cada vez que abren  sus balcones, y es tal el estado en que se encuentran  que son amenazantes para sus viviendas.

De noche el espectáculo es dantesco, ya que  la arboleda  tapan las luces de las farolas ,conque cuenta toda la Avenida.

El riego  se  lleva a cabo dos veces  durante el mes, y los vecinos, en su deseo de colaborar con la belleza del entorno, montaron, junto a sus puertas, vistosos jardinillos, que con la falta de agua, se han convertido en un verdadero erial.

La limpieza es escasa, abundando la basura , en sus rincones, acusando un abandono  tanto a propios como  a extraños.

Traslado, esta queja vecinal, al celoso Delegado Municipal de Infraestructura, don Felipe Arias, que siempre prestó, su mas entusiasta colaboración, a cuantas le he expuesto, en diversas ocasiones, y que supo subsanar en tiempo récord.

Por ello le brindo la lamentable estampa que padece esta  simpática vía urbana y que estoy seguro de que será  atendida, para satisfacción y tranquilidad de estos abnegados vecinos, que así lo esperan.


miércoles, 16 de mayo de 2012

LXXX..-LOS PARCHES DE SOR VIRGINIA


Corría, allá por la década de los años cincuentas, cuando en el ámbito cotidiano de nuestra ciudad, se comentaba, entre nuestros convecinos, la cantidad de bromas, que por aquel entonces, se gastaba a través del teléfono, que venía a constituir la  comidilla del día, que de boca en boca se transmitía entre ellos.

Recuerdo, la llamada que hicieron a una  acreditada botica onubense:

-Oiga, -¿Es la Farmacia , X  ?-.

Efectivamente, ¿ En qué, les podemos servir ?-.

-Me podían informar, si teneis Parches de Sor Virginia ?-.

-Sí, Señor , lo tenemos .

-Pues, póngaselos en los c..ojines.

Pasó la mañana, y ya entrado el mediodía, suena de nuevo el aparato:

-¿ Hablamos , con la  Farmacia  X. ?-.

Con la misma, Señor.

-Mire, le llamamos desde la Comisaría y es que hemos recibido varias llamadas ,en las que se quejan de haberles gastado bromas, por el teléffono, y sospechando de un elemento, que en otras ocasiones se ha dedicado a estos menesteres,lo hemos traido aquí y entre otras llamadas que ha hecho, también figuran Vdes, entre los afectados.

Es cierto, así  ha sido.

 Y, ¿en que se ha basado la conversación. ?-.

-Precisamente, preguntó si teníamos Parches de Sor Virginia, y al contestarle afirmativammente, me contestó, que me los pusiera, en tal sitio.

Dígame,  ¿Hace mucho tiempo de eso ?-.

-Unas,  tres horas.

-Y, la respuesta fue:

Sí, sí, ya está bien de tiempo, así es que se los puede quitar.








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miércoles, 9 de mayo de 2012

LXXIX.- " EL SANTOLIO ".


Recuerdo  aquellos felices años de mi infancia, cuando en los atardeceres de mi vieja Onuba, en que era muy frecuente ver por nuestras calles, al son de una campanilla, un cortejo provisto de  cirios y faroles, formado por hombres, que  acompañaban al sacerdote, que portaba el Viático, para  administrárselo,  a los enfermos que se encontraban  en extrema gravedad.

A esta manifestación religiosa, la conocían los onubenses , popularmente, como  " El Santolio", y a su paso ante ellos, le rendían veneración y respeto, arrodillándose.

Cada vez  que se oía desde lejos el "talín" de la campanilla, se oía una  voz que  decía: "Uy, que viene  "El Santolio", y  todo el vecindario aguardaba, con silencio  a verlo pasar,   rogando a Dios por la salud del pobre enfermo.

Ya, en mi juventud, solíamos frecuentar diariamente, uno de  los veladores del "Bar Onuba", donde nos  reuníamos nuestro  grupo habitual de amigos , cuando de pronto se empezó a oir, el " Tilín, tilín...",tan conocido por el vecindario.

A su paso, como era nuestra costumbre, ante  lo que espiritualmente representaba para todo católico, nos arrodillamos, como nos enseñaron nuestros mayores.

Pero cual no sería nuestra sorpresa, cuando uno de los asistentes al cortejo, vistiendo un uniforme, con la graduación de Capitán, al observar como en una mesa contigua a la nuestra uno de sus ocupantes, que estaba  puesto de pié, le estrelló el farol  contra su cabeza, que una vez que terminó de pasar la comitiva religiosa, con su rostro todo ensangrentado, tuvo que ser asistido en la antigua "Casa de Socorro", de la calle de Hernán Cortés.

Ello me sirvió de lección para que cada vez que escuchara sonar la campanilla, procurara          recibirlo con devoción, pero reservado en un lugar seguro, aprendiendo a distinguir lo que          era recogimiento y respeto, de lo representaba otra cosa, el fanatismo  y  el abuso  de          poder, en aquella época en la vivíamos.

Con el paso de los años, esta costumbre ha desaparecido, practicándose en nuestros días reservadamente, cada vez que es solicitado este servicio espiritual, por los familiares de los enfermos que se encuentran en situaciones extremas y que son atendidas solícitamente.

miércoles, 2 de mayo de 2012

LXXVIII.- CONTRASTES EN EL POLVORÍN.


Hoy, es día primero  de mayo, Festividad Internacional del Trabajo. Un alto en el camino de nuestra actividad laboral.

Esta mañana he asistido a mi parroquia del  Polvorín, que con todos sus vecinos, viste sus mejores galas,con el Barrio en fiestas, debido a la Coronación de su Reina, la Virgen de la Victoria.

Sus alrededores  se encuentran engalanados, y he querido visitarla, ya que a esta imagen, desde su fundación , allá por el año 1.941, le guardo gran devoción al haber participado en sus primeros desfiles procesionales., llamando la admiración de  sus convecinos, por ser la primera cofradía con la que contaba la Barriada de la Isla Chica. ya que llenaba de gozo a su bendito párroco, don Pablo Rodríguez González, cuando saqueada, por los iconoclastas en los tristemente días aciagos del año 1.936,  la iglesia, en la que unos salvajes, no teniendo mas que destrozar, derribaron las campanas, que venían a representar la voz de Cristo.

Todo fue hecho añicos, siendo destruido aquel soberbio retablo mayor, que era su orgullo y que estaba recientemente inaugurado, y una vez restablecido de nuevo el culto. aquel siervo de Dios, daba su  Catecismo, solo  a tres niñas del Barrio Obrero, siendo una de ellas ,  la que durante  sesenta  años, fuera mi esposa y madre de mis hijos.

Aquella moderna iglesia, rodeada toda ella de campo, en la extensa Huerta de Ramírez, llegara a convertirse, a través del tiempo, con el esfuerzo de sus vecinos en el populoso complejo urbanístico, que enorgullece a nuestra ciudad.

Como he indicado, al comienzo de estas líneas, a mis cerca de noventa y cuatro años, he ido  a ver a la Reina, que en su gran Trono, aparece esplendorosa, con un artístico exorno floral,  que desde hacía mucho tiempo no lograron ver mis ojos.

Reboza su belleza por todas partes, y es digno de todo encomio, el trabajo llevado a cabo, por la Comisión  Organizadora de  tan sublimes actos.

Luego mas tranquilo, voy a rezarle a mi Cristo del Amor, en su colosal Capilla, bellísmamente decorada, por el tesón  de  su mejor Hermano Mayor, Pepe Vargas Tallón, y la verdad  me quede  muy sorprendido  al verlo triste, sin una sola flor,que le acompañara.

Quedé muy  desolado ante su presencia, ya que  allí permanecía en silencio, ante el bullicio atronador, que invadía el interior del templo.

-¡ Que verdad de que nos acordamos de Santa Bárbara, solamente, en los momentos de los truenos !-.

Desde aquí, envío un ruego a la hermandad de mis amores, que allá por e laño 1.948,concebí en mi mente y guardo en mi corazón.

Mi Cristo abandonado, solo, sin que nadie de la cofradía se acuerde de llevarle unas flores, aunque fueran de plástico, para adecentarle su entorno, dentro de su atractiva Capilla.

Lamento , con dolor de mi corazón,  lo tengan  dejado de su mano, que nos habla, cada vez que le rezamos, y al que el pueblo de Huelva tanta  devoción le profesa.

No dudo que tomaran la debida nota, para solventar, este lamentable olvido.

Así, lo espero.