miércoles, 31 de marzo de 2010

EXTREMADURA,TIERRA DE CONQUISTADORES (I)


I-FRANCISCO PIZARRO GONZÁLEZ.- Nació en Trujillos (Cáceres) en 1.475, siendo hijo ilegítimo del capitán Hernando Pizarro y de Francisca González, y hay quienes afirman, que en su juventud, fue porquero, en su pueblo.

Luchó en la Armada española, que era la mejor del Mundo, enrolándose, en ella, como simple soldado, embarcando para las Indias, en 1.502, con Nicolás de Ovando, marchando sobre "Tierra Firme", con Alonso de Ojeda, quien pobló la Bahía de Darién, itsmo de Panamá fundando San Sebastián de Buenavista, pero regresó a La Española, dejando una guarnición, a cargo de Pizarro, pero estos sufrieron ataques de los indios, viniendo en su socorro, Nuñez de Balboa, a cuyas órdenes, se puso Pizarro, quienes lograron llegar, en 1.513, al Pacífico, pero en 1.515, Pedrarias Dávilas, Gobernador de Darién, con una fuerte Armada, dió muerte a Balboa.

Entonces, Pizarro, se asocia a Diego de Almagro, quién alcanza un acuerdo con Pedrarias, en 1.526, pero su expedición de conquista, se salda con sendos fracasos, retirándose a la isla del Gallo, con doce hombres, que se dedicaron a explorar parte de la costa oeste de América, a la que denominan Perú.

Vuelve a España, para exponer sus planes al Rey Carlos I, quien le nombra Gobernador y Adelantado, de las nuevas tierras, y tras su regreso a Panamá, prepara una nueva expedición de conquista, entrevistándose con Atahualpa, en Cajamarca, a quién, en un ataque sorpresa
capturó, fundándose la ciudad de Lima, el 18 de Enero de 1.535.

miércoles, 24 de marzo de 2010

LA HERMANDAD DE LA SAGRADA CENA ( II )





Al domingo siguiente, fuimos recibidos, por el párroco don Pablo Rodríguez González, y cual no sería nuestra sorpresa, cuando nos presentó, sin esperarlo, el boceto del escudo de la hermandad y que consistía, en una María, formada por las cuentas del Rosario, de la que pendía una cruz, en cuyo centro contenía los atributos eucarísticos, formado por un cáliz y la Sagrada Forma, con una cartela, en la que aparecía la inscripción "Ego sum panis vivo".

Igualmente, se acordó la titulación que, fue aprobada, con la unanimidad de los asistentes, que quedó denominada "Hermandad de la Sagrada Cena Sacramental, Santísimo Cristo del Amor y María Santísima del Rosario".

Asimismo, se llegó a un acuerdo, sobre los colores de la bandera, como de las túnicas, que tienen que guardar relación, con el hábito dominicano, ya que Santo Domingo de Guzmán, fue el fundador del Santo Rosario.

Fué designada la Comisión Organizadora, por los Sres. Báez García, González Escudero,Cruz Marras, González Suero,Mora y Mora, Delgado Sánchez y Ortega Sánchez.

Como me unía lazos familiares, con el Hermano Mayor, de la hermandad de las Tres Caídas, don Manuel Vázquez Cayuela, le solicité que me facilitara, los Estatutos de la misma, para tener una orientación en la elaboración de nuestras Reglas, que a las dos semanas siguientes, ya redactadas, se remitieron a la gestoría "Reportín", de Sevilla, quien se encargaría, de su tramitación cerca del Arzobispado hispalense, toda vez que, aún, no existía nuestro Obispado.

Se hicieron gestiones con el imaginero local don Antonio León Ortega, para que nos formulara presupuesto para la realización de misterio, pero alegando el exceso de trabajo, que tenía pendiente, solo se comprometía a hacernos la imagen del Cristo, por nueve mil pesetas y con la condición de que le teníamos que proporcionar la madera de ciprés, para su realización.

Como por aquella fecha se estaba llevando a cabo la monda de la vieja necrópolis de San Sebastián, conseguí del entonces Alcalde, Don Pedro Pérez de Guzmán y Urzaiz, la autorización necesaria para la tala de un gran ejemplar de ciprés, para conseguir el fin , que pretendíamos.

En cuanto al apostolado, a través de la Cámara de Comercio, de Huelva, se solicitó a su homóloga , de Valencia, una relación de escultores imagineros,que pasado unos días, llegó a nuestro poder, pero como en la misma figuraban 22 , a fin de saber a quien elegir, me dirigí , al director del Hotel Metropol, de la ciudad del Turia, antiguo compañero de fatigas, en la guerra civil, para que me diera información, sobre a su juicio, quién era el más competente para que nos realizara el trabajo, recibiendo contestación , a nuestra misiva, señalándonos,que sin duda alguna, eligiéramos a don Enrique Galarza,que era un prestigioso profesional.

Seguidamente, nos pusimos en contacto, con dicho imaginero, solicitando presupuesto, para que nos realizara el apostolado, para vestirlos, como es costumbre en Andalucía, fijando la cantidad de dos mil cien pesetas, por cada unidad- cabeza, manos y pies , y una vez, aceptado, empezó su trabajo.

Seguidamente, montamos una rifa de borregos, todos los domingos ,en el Mercado de Carmen, teniendo gran aceptación de público, que en cada jornada se sorteaban los diez ejemplares, que exponíamos en el espacio acotado, dejándonos unos beneficios de 5OO pesetas por unidad, con lo que hicimos frente a la construcción de todo el Misterio.

La hermandad ,hizo acto de presentación pública , en la procesión,de la Virgen de la Cinta, del mismo año 1.948, con una extraordinaria bandera, confeccionada y bordada por las Carmelitas Descalzas,de Badajoz, y varas de presidencia.

El prestigioso orfebre sevillano, don Jesús Domínguez Vázquez nos confeccionó cuatro magnificas bocinas cinceladas, las primeras de esta clase, presentadas en nuestra ciudad, así como dos faroles de acompañamiento para la Cruz de Guía, Libro de Reglas, juego de potencias para el Cristo y varas de presidencia.

Recibidos los Estatutos, debidamente aprobado,por la autoridad eclesiástica, se convocó Junta General extraordinaria, en el Colegio de la Asociación de Ferrocarriles de la 23ª Zona, y salió elegida la primera Junta de Gobierno, presidida por su primer Hermano Mayor, don Antonio Báez García, y una vez terminada la misma, nos trasladamos a mi domicilio, en donde tenía montada una exposición, con todo el patrimonio de que disponía la hermandad, y fue tal la ilusión , que la misma despertó en el ánimo, de los asistentes, que se acordó, en aquel momento, hacer estación de penitencia, en la Semana Santa próxima, del año 1.951.

Don José García Blount, teniente hermano mayor, encargó la madera, para la construcción del "paso", estableciéndose unos tiquets de 25 pesetas, que con su simpatía colocaba , entre los que examinaba para obtener el carnet de conducir.

El popular tallista onubense, don Miguel Hierro Barreda, nos entregó el presupuesto de 60.000 pesetas por la ejecución de la parihuela, tallado, cuatro candeleros de esquina y dos de tres luces, y 3.000 pesetas por la Cruz de Guía, en madera de caoba de Guinea.

El Tesorero, Manolo Llanes Muñoz, en su establecimiento de tejidos, colocaba participaciones de Lotería, en todos los sorteos, y con los beneficios confeccionamos 200 túnicas, los faldones y ropajes del apostolado.

El Viernes de Dolores, tuvo lugar la solemne bendición, del "paso", con todo el Misterio, por el director espiritual don Pablo Rodríguez González que rebozaba de gozo, y entre los asistentes mi entreñable amigo,Diego Díaz Hierro, quien me dijo:

Lorenzo, cuantas veces te he tildado de loco, cuando te metistes en esta gran empresa, de montar, esta fantástica cofradía, pero ahora me convenzo, de que los niños y los locos, son capaces de conseguirlo todo en la vida. Mi dilecto amigo, como recuerdo de este día grande,para ti, te entrego estas saetas, que os dedico, de todo corazón:

Santo Cristo del Amor,
del hermandad de la Cena
alíviame en mi dolor,
y a la espina de mi pena,
dale tu fragante flor.

Hermosísima hermandad
la de la Cena Sagrada,
orgullo de esta ciudad,
que de ti, esta enamorada,
por tu lujo y cristiandad.

Ya, Jesús, bendice el pan.
y en sus manos lo convierte,
entre Judas y San Juan,
camino va de la muerte,
por su dulcísimo afán.

En la Mesa Sacrosanta,
con blanca mantelería,
voz de oro,en su garganta,
funda Dios, la Eucaristía,
para hacer,la vida santa.

Y llega el Día Grande. A las siete de la tarde, los alrededores de la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, está a rebozar. Aparece la Cruz de Guía, bajo el dintel del templo. Largas filas de nazarenos y en la puerta la Junta de Gobierno, espera la llegada de la Madrina, doña María Jiménez, de Mancheño, que hace su aparición, luciendo la clásica mantilla española, siendo cumplimentada, por todos los miembros directivos, que le hacen entrega de un ramo de flores,y una vez, en el interior, lo ofrenda el mismo, al Señor.

Suenan dos martillazos, en el llamador y ella ,lanza el tercero, al mismo tiempo, que aquella ingente mole, se levanta y empieza a hacer su aparición, por la puerta y es presentada al pueblo de Huelva, entre una estruendosa ovación, mientras se oye, la primera "saeta", que lanza al aire, el popular Cerrejón:

Del Polvorín,sale la gloria,
lo mejor, de lo mejor,
es la hermandad de la Cena,
con su Cristo del Amor,
orgullo de Huelva entera.

Y precedida, por la escuadra montada de la Guardia Municipal, de gala, y acompañada por las bandas de cornetas y tambores de la Cruz Roja, y la de música de Bonares, la comitiva, avanza al anochecer, hacia el centro de la ciudad, que la acoge con gran fervor y alegría.

miércoles, 17 de marzo de 2010

LA HERMANDAD DE LA SAGRADA CENA ( I ).


Aquel , Domingo de Ramos, era el más puro gozo, de la Primavera del año 1.948. La hermandad de la Oración en el Huerto, de Huelva, había organizado una excursión a Sevilla, para poder disfrutar del esplendor y grandeza de la Semana Santa sevillana, toda vez que se encontraban montados, en los respectivo templos, los "pasos" de las distintas cofradías, para que pudiéramos saciar, nuestra curiosidad por conocer la grandiosidad y belleza, que teníamos ante nuestros ojos.

En el Patrocinio, nos dejó el autocar, y aquí, empezamos nuestras visitas, teniendo ya ante nuestra presencia, al Stmo.Cristo de la Expiración, vulgo "El Cachorro", que se hallaba expuesto en solemne Besapiés, encontrándose entre los allí asistentes, el gran jesuita padre Cué, que nos comentaba, al examinar de cerca la sagrada imagen, que su creador, Francisco Ruiz de Gijón, era un verdadero catedrático de Anatomía.

Junto , se hallaba el "paso" de la Virgen del Patrocinio, obra maestra del gran imaginero Álvarez Duarte, que aquel año se estrenaba, para reemplazar a la anterior , que había sido pasto de las llamas, en un pavoroso incendio, que sufrió la capilla.

En San Jacinto, visitamos a la Reina de Triana, su Esperanza, y ante su soberbio trono, les dije a mis acompañantes de grupo, Manuel González Escudero y Miguel Hierro Barreda:

Fíjense, lo guapísima, que es esta Virgen y un Señor, que se encontraba a nuestro lado, exclamó:

Sí, Sres, es muy guapa, nadie lo duda,....pero la otra...

Y, yo le respondí:

No me puede Vd. negar, que es macareno, y nos contestó:

Nacío y bautizao , en San Gil.

Proseguimos, nuestra marcha, y llegamos a la iglesia de la Magdalena, donde en aquel momento, se encontraba, nuestro buen amigo Pepe Gentil, probo funcionario de la Delegación de Hacienda ,en Huelva, y directivo de la hermandad del Calvario, quien nos refirió la siguiente anécdota:

En esta Cofradía, establecen sus Estatutos, que cinco minutos antes, de las cuatro de la madrugada, hora en que hace estación, el Hermano Mayor, se dirige hacia los "pasos", y cogiendo de la mano al primer hermano de cirio, que tiene a su alcance, junto al director espiritual, le hacen entrega, tanto uno, como el otro de la vara dorada y del cirio, y éste lo intercambia entre ambos, no sabiendo nadie en la cofradía, quien ostenta la vara de Hermano Mayor, ni en que lugar de la comitiva va este con su cirio.

-¡ Qué grandeza de espíritu !-.

A continuación, recorrimos todas las iglesias , tras contemplar al Señor de Sevilla, el Gran Poder y la Esperanza Macarena, Amargura etc. etc., y una vez en Casa Calvillo, en la popular calle de las Sierpes, desde la mesa que daba a la calle, empezamos a presenciar los desfiles procesionales del Domingo de Ramos.

Sobre las seis de la tarde, a través de la calle Sagasta, llegamos a la Plaza del Salvador y ante "La Alicantina"", nos paramos, para ver de regreso de la catedral, la hermandad de la Cena, y ante aquel conjunto escultórico, obra de Bidón, aunque de escaso valor artístico, me impresionó y les dije a mis acompañantes:

-¿ Que les parecería a Vdes. si este misterio lo creáramos en Huelva ?-.

Manolo, respondió, como un cohete:

Eso,seria cosa de locos, con la hambruna, que estamos viviendo.

En cambio, Miguel Hierro, recapacitó, y me decía:

Lorenzo, eso sería algo maravilloso, un ensueño, tener en Huelva, algo así.

Ya, anochecido, estábamos en el autocar de Damas, camino de regreso, y a la noche siguiente, al reunirnos, como de costumbre, en el Bar "La Palma", insinué , de nuevo el tema y Manolo me dijo:

Lorenzo ,he estado toda la noche, pensando en lo mismo, y he decidido, ante la gran ilusión, que te embarga, sobre este asunto, que cuentes conmigo, y sea lo que Dios quiera.

Al domingo siguiente, de Resurrección, formamos una comisión, integrada por hombres de paja y nos dirigimos a la parroquia de San Pedro, para entrevistarnos con el párroco y Arcipreste don Julio Guzmán López, y al comunicarle, nuestras intenciones de organizar la cofradía de la Cena, montó en cólera y nos echó de la iglesia, por la escalera de la sacristía.

Acto seguido, pusimos rumbo hacia el Polvorín, recibiéndonos, el párroco don Pablo Rodríguez

González, en su despacho, preguntándonos que qué queríanos de aquella Santa Casa.

Al exponerles, nuestra pretensión de fundar la Hermandad de la Sagrada Cena,nos dijo:

Es, una, gran idea ilusionante, así que contar, desde este momento con mi parroquia y también conmigo.

Quedamos citado, para el domingo siguiente, y nos abrazamos de alegría.

Huelva, había puesto en marcha, sin dudas, la Hermandad de la Sagrada Cena.

miércoles, 10 de marzo de 2010

LA SEMANA SANTA ONUBENSE (II)




Con motivo de los hechos ocurridos, en los días aciagos, en los preliminares de nuestra Guerra Civil, la Semana Santa de Huelva, sufrió los estragos que fue el elevado coste económico, a que dio lugar.

Muchas iglesias de nuestra ciudad, fueron incendiadas, como las Agustinas y Concepción. Otras como San Pedro, el Polvorín y La Cinta, fueron saqueadas, desapareciendo la mayor parte de las imágenes que constituían un valor artístico de primer orden.

Los enseres de las hermandades de Pasión y Santo Entierro que se encontraban almacenados, bajo el cabezo de San Pedro, existentes en las vaquerizas del Hospital Provincial en la Cuesta del Carnicero, fueron sacados al Paseo de Buenos Aires y fueron pasto de las llamas.

Una vez tomada la ciudad por las tropas, que se alzaron contra el poder constitucional, se echan en falta todo el acerbo de nuestro patrimonio cofradiero.

En San Francisco, fueron desvalijados, todos los retablos, a los que le prendieron fuego junto a las imágenes en la Plaza de San Francisco.

Las únicas hermandades que salvaron sus patrimonios, fueron las establecidas en la Iglesia de la Merced, gracias a la decisión acertada del doctor Vázquez Limón, director facultativo del hospital, que viendo las llamas en sus proximidades, optó por colocar una sábana en la puerta de dicha iglesia con la inscripción: "reservada para hospital de sangre", por lo que al llegar las hordas incendiarias, desistieron de su propósito.

La cofradía de San Francisco, logró salvar por completo, el paso de la Virgen por hallarse almacenados los enseres de la misma, en la cochera de Don José Coto Mora, en la calle Aguas.

Ante esa desastrosa situación, no cabía otra solución que empezar la reconstrucción de nuestra Semana Mayor en nuestra ciudad.

Así, el capitán de infantería, Don Gregorio Requejo González, en el año 1939, recién acabada la lucha fraticida, sacó en el Domingo de Ramos, una procesión con una pequeña imagen de Dolorosa, que sirvió de embrión para la constitución de la Hermandad de los Mutilados, saliendo al año siguiente, con la Virgen de la Paz que vemos en la actualidad.

En el año 1940, Don José Zayas, Don Eulogio García Ferrer, la familia Oliveira y otros, fundaron la cofradía de la Victoria en la iglesia del Polvorín.

Sobre esta fecha se unen las hermandades de la Oración en el Huerto y Veracruz.

En 1943, nace en la Milagrosa, Las Tres Caídas y, en San Pedro, se crea una nueva cofradía infantil: "La Borriquita".

En 1948, se organiza la Sagrada Cena, y en 1950 también en la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, Don José Gentil, funcionario de Hacienda, junto a Domingo Franco, Manuel Rebollo y otros, fundan la corporación de los Estudiantes, que en los primeros años sacaron en procesión, un Cautivo y, más tarde, el Cristo de la Sangre.

Del colegio Funcadia, de los padres Jesuitas, se organiza la Hermandad del Silencio, que sacan como titular: "la Virgen de la Soledad", que fue donada por la familia del doctor Don Juan Domínguez.

En el barrio de las Colonias, ven por primera vez, su cofradía: "La Sagrada Lanzada".

En la década de los 50, se funda la hermandad del Descendimiento, por los funcionarios municipales y, más tarde, de la Barriada de la Hispanidad, nos sorprenden con otra nueva: "El Cautivo".

Desde la Orden, nos brindan el Cristo del Perdón, que es la más distante de la ciudad.

En los 90, en la Barriada del Carmen, se organiza la del Prendimiento.

En fechas recientes, toma cuerpo otra más: la Redención y, en la populosa Barriada de la Isla Chica, nos cautiva la del Cristo de la Fe, así como la Sentencia, de Pérez Cubillas.

Por último, desde hace unos años, hace estación desde la Barriada del Molino de la Vega, la Hermandad de la Santa Cruz.

En resumidas cuentas, de las ocho cofradías con que contaba nuestra Semana Santa, han pasado en la actualidad a veintitrés, con un total de cuarenta y dos pasos, contando con un vasto patrimonio, en el orden de imágenes, bordados, tallas de tronos y palios, que nos hacen situar entre los mejores desfiles procesionales de nuestra región.

Hay que destacar la ingente obra del imaginero ayamontino Don Antonio León Ortega, que es el artífice de nuestra Semana Mayor, que nos brinda, su gran obra escultórica de Cristos y Dolorosas, que desfilan por las calles de nuestra ciudad.

Asímismo, hay que destacar el gran número de agrupaciones musicales con que cuenta Huelva, que la sitúan en un primer orden, entre las mejores de nuestra Andalucía singular.

Hay que destacar la labor, llevada a cabo por el Consejo General de Hermandades y Cofradías, por la organización tan perfecta de los desfiles procesionales, al ofrecer una Carrera Oficial, digna de todos los encomios.

miércoles, 3 de marzo de 2010

LA SEMANA SANTA ONUBENSE ( I ).


A finales de la década de los veintes, la Semana Santa, de Huelva, comenzaba a partir, del Martes Santo, en que hacia estación de penitencia, desde la parroquia de San Pedro, la hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Pasión, que solo desfilaba con un "paso", en el que aparecía el Nazareno,con la Cruz a cuesta.

Por aquella época, era costumbre, instalar.en los barrios, los días en que salían cofradías, puestos ambulantes de alfajores, que una vez puesta en marcha la procesión, servían de orientación para el público, ya que su presencia anunciaba, la cercanía de la comitiva penitencial, y que cuando se acercaban a nosotros, estos vendedores, con sus tableros, con sus mercancías, sobre sus cabezas, luciendo unos artilugios, a base de petróleo, bastantes llamativos, ya los nazarenos, estaban a punto de aparecer.

El público, se concentraba, ya en el último tramo del itinerario, en la calle José María Labra, que daba frente a la salida de la calle Madre Ana, para ser testigo de la pericia del capataz, Rafael Clares, para sortear el sin fin de obstáculos ,´ que suponían atravesar, esta angosta callejuela.

El Miércoles Santo, el barrio de San Francisco, vestía sus mejores galas, y su típica plaza, circundada de vetustas acacias, en plena floración, llena de ramilletes de "conejitos", constituía la delicia de la chiquilleria, que los abatía, para deleitarse en su consumisión.

Por la tarde, veíamos cruzarla un grupo de jovencitas, que portaban varias canastas de celindas, que la familia Calvillo, acopiaban de los arbustos, de su amplio patio, para exornar el trono de la Virgen de sus amores.

Existía, en aquella época, una sección de "Armaos", siendo su jefe, el popular relojero de la calle Alfonso XII, "El Chato Millán", hombre de una gran humanidad, quien a través de sus comentarios, a lo largo del año, usaba el estribillo de "Nosotros los Romanos", que siempre tenia en su boca.

Al paso del Cristo, por la calle de la Aceña,se escuchaba aquella "saeta·:

Entre redoblar de tambores
y sonidos de cornetas,
avanza Cristo, en la Cruz,
en medio de la multitud,
camino de La Placeta.

Detrás, el trono de la Virgen, muy pobrecito, con las bambalinas moradas del palio, salpicados por doradas estrellas, y Ella, con su toquilla blanca, mirando al Cielo, con su resplandeciente diadema.

A su recogida, el popular cantaor , ",Carnicerito de Huelva", lanzaba al aire aquella "saeta":

Morenita y huelvana,
de San Francisco, la flor,
en el Cielo, Soberana,
Eres, la Madre de Dios
y Estrella de la mañana.

El Jueves Santo, a las tres de la tarde, salia de la Iglesia de la Merced, la Oración en en Huerto, y una vez, de regreso al templo, un gran gentio se quedaba , en la plaza del mismo nombre, para poder contemplar la salida, que a las siete, verificaba la hermandad de los "Judios", apareciendo ante la fachada de la fábrica de jabones de Ramón Pardo, en el Paseo de la Independencia, una escuadra de la Guardia Civil, montada, con uniforme de gala.

Y, ya de madrugada, la muchedumbre se daba cita , a las puertas de la parroquia de la Concepción, para ver la salida del Señor de Huelva, Nuestro Padre Jesús Nazareno, que tan venerado es en nuestra ciudad, que en su recorrido, al virar en la Plaza 12 de Octubre, para enfilar la calle Marina, recibe los primeros rayos del Sol, mientras se oye:

Padre Jesús Nazareno,
que sales de madrugá,
el día va amaneciendo
y la fe, vas encendiendo,
entrando por la "Calzá".

Y, aquella Placeta, repleta de amantes de nuestras tradiciones, que se agolpan , en la inmediaciones del Centro de Instrucción Comercial, para contemplar, su tipico balcón de estilo regionalista, a rebozar de cantaores, que tanto interés despierta, entre los buenos onubenses.

Viernes Santo.a las tres de la tarde, parte la comitiva de nazarenos, desde el Colegio de los Padres Agustinos, en perfecta organización, para recoger en la iglesia del convento de Santa María de Gracias- Agustinas-, a la Virgen de la Consolación, en su "paso", de caoba, de traza gótica, que aparece a los pies del Santo Madero.

Por la tarde, la Plaza de San Pedro, se halla repleta de público que espera la aparición de la hermandad del Santo Entierro de Cristo, y ya en la calle, podemos apreciar en primer lugar, a la Virgen de las Angustias, con aquellos monumentales faroles ,en sus esquinas, de gran belleza artística. En segundo lugar,se nos presentaba el traslado de Cristo,al sepulcro, rodeado de los santos Varones, San Juan , la Magdalena, Maria Cleofás y María Salomé, un conjunto escúltorico .de gran comprensión artística, y que era el "paso", de mayor dimensión, en nuestra capital, marchando, por último las Virgen de la Soledad, en su soberbio trono, con palio y manto, negro,con un bordado maravilloso, de ambos.

Y, como colofón de los desfiles procesionales, de nuestra Semana Santa, la hermandad del Silencio, con la Virgen de los Dolores, con sus túnicas negras y antifaz verde con el bordado más impresionante que hemos podido admirar, y que fue adquirido a la cofradía del Valle ,de Sevilla, y que tuvo la suerte, de salvarse de la horda iconoclasta en el año1.936.