Se acerca el tercer domingo de agosto, fecha en que la Hermandad de Ntra.Sra. de la Cinta tenía asignada para el traslado de nuestra Patrona desde su Santuario, a la entonces Parroquia Mayor de San Pedro, para la celebración de sus cultos
No se me borrará , jamás de mi memoria , aquel año en que el Altar Mayor, bajo un fondo azul celeste, nos presentaba un barco velero, sobre olas de gasas, en donde aparecía la Virgen Chiquita, dándole vida a tan armonioso conjunto.
Allí, se daban cita todos los buenos cinteros para rendir pleitesía y elevar sus rezos y plegarias a nuestra excelsa Patrona, a la vez que la sobrina del Padre Andivía , emitía a través del inmenso templo su voz celestial, entonando el::
" Dios te Salve, Luna Llena,
de Celestiales Reflejos............"
En dos ocasiones figuraba en la parte delantera de la comitiva procesional una representación ecuestre, pero tuvo que prescindirse de ella, por las molestias que ocasionaba, para el nutrido acompañamiento, de a pie, debido a los molestos olores, que dejaban el paso de los equinos.
Una vez entrado el mes de octubre, se celebraba la procesión de regreso a su santuario, por el recorrido bajo, de la Barriada de lasColonias, que por aquellos tiempos terminaba en "La Parada·", al no contar con la actual densidad de población, con que se nos presenta en la actualidad.
Es maravilloso contemplar su recorrido por la gran atalaya onubense , que constituye el Conquero, por la disparidad de sus parajes, que nos brindan una panorámica rebosante de policromía, ante sus deliciosos y bellos contrastes.
En mis años infantiles, mis padres, no me dejaban de llevar a presenciar esta choquera procesión, que es la que más cala en el alma onubense.
Aquel "paso" dorado, exornado de blancos claveles y aquella orla, que nunca faltaba, formada por una cadeneta de olorosos jazmines, rodeando todo su templete, que llamaba poderosamente la atención de todos los devotos.
En nuestros días, podemos estar orgullosos del trono de nuestra Virgen Chiquita, ya que al ser destrozado, en aquellos terribles y aciagos días del 1.936, el Alcalde onubense, don Joaquín González Barbas, por medio de una suscripción popular, consiguió para Ella, ponerla en este bello y resplandeciente "paso" que constituye una verdadera obra , dentro del arte de la orfebrería.
Me parece muy acertado que se haya designado el templo catedralício, para que a partir de este año tenga lugar la celebración de los cultos oficiales de la hermandad, por constituir el centro neurálgico de la ciudad, que siempre le honró , por ser la sede donde tenía lugar la puesta en marcha de la Feria y Velada en honor a Ella, y que constituía los días grandes de nuestra ciudad.
Aquellos años del ayer, en la que la recibíamos con mil amores, por las tardes en aquella calle de San Andrés, los pocos que quedamos de aquellos tiempos, la contemplamos ahora con nuestras sienes pobladas de canas, sosteniéndonos en nuestros bastones ,recordando con verdadera nostalgia el paso del tiempo que vivimos.
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