miércoles, 20 de marzo de 2013

CXVII LAS VARIANTES DEL SER HUMANO (II)

  No había transcurrido tres días desde que la balconada de la Calle Silo presenciaba aquella multitudinaria participación de onubenses que acompañaban al torero onubense a su última morada, cuando por la Avenida de Francisco Montenegro se desplazaba de nuevo todo el pueblo onubense acompañado de una gran caravana de coches a caballos que, se dirigían a la Punta de Cebo para gozar de la panorámica que nos ofrecía la confluencia de los ríos Tinto y Odiel, donde se encontraba amarado el hidroavión Plus Ultra, que debía de partir, al día siguiente para efectuar el Raid Palos- Buenos Aires.

  La tripulación la formaban el comandante Ramón Franco Bahamonde, el Capitán Julio Ruiz de Alda, el teniente de fragata José Manuel Durán González y el mecánico Pablo Rada Ustarroz.

  A la mañana siguiente, sobre las ocho, ya estaba yo, con mis seis años, subido en una escalera de madera en la azotea de mi casa, en la calle Miguel Redondo. Poco después, vi como el Plus Ultra, hizo tres evoluciones sobre el Monumento de los Descubridores.

  Seguidamente se trasladó a la ciudad efectuando dos vueltas sobre la misma, enfilando de nuevo, hacía los lugares colombinos desde donde se dirigieron hacia la Bahía de Gando (Las Palmas de Gran Canarias).

  Allí permanecieron durante tres días, reponiendo una avería que había sufrido en una de las alas, partiendo hacia Porto Praia (Cabo Verde).

   La tercera etapa, comprendía el trayecto entre Porto Praia y San Fernando de Norenha y, en ella se utilizó un aparato donado por la aviación alemana llamando radiogoniometro, que tenía por objeto fijar la dirección ante los fuertes vientos reinantes en la zona.

  Ante la desviación que sufrió por dicho motivo, las autoridades brasileñas dieron la alarma, y ordenaron que a lo largo de todo el litoral, se levantaran grandes fogatas para la orientación de los intrépidos aviadores, llegando a Arrecife.

  Después de dos días de descanso, se inició la siguiente etapa entre Arrecife y Río de Janeiro pero, a los pocos minutos de su salida, notaron unas deficiencias en los motores, lo que hizo volver al punto de salida, resultando que era la falta de carburante, culminando la expedición en la ciudad de Río, que les dió una buena acogida.

  Al día siguiente, el recorrido comprendía entre Río de Janeiro y Montevideo y, por fin, el día diez de Febrero, se culminó el Raid con la llegada al Río de la Plata, siéndo homenajeados los tripulantes con un tango de Carlos Gardel titulado, el "Triunfo del Águila".


  Recibieron numerosos homenajes de todas la autoridades bonaerenses y el Rey Alfonso XIII donó el Plus Ultra a las Fuerzas Navales Argentinas.

  El regreso a Huelva tuvo lugar el cinco de Marzo, y el espacio comprendido entre la Punta del Cebo y el Muelle de Huelva se convirtió en una gran parada naval.

  A las seis menos cuarto y sobre el puente del Crucero Buenos Aires, entraron en Huelva, pasando revista a las anteriores unidades navales que le saludaban rindiendo honores al cañón.

  A la llegada al Puerto de Huelva, se encontraba el Rey de España, Alfonso XIII acompañado del cuerpo de gobierno del General Primo de Rivera y, después de saludar a los intrépidos aviadores, se organizó una procesión cívica desde el muelle hasta la Casa Colón, atravesando los dos arcos de triunfo levantados por la Junta de Obra del Puerto de Huelva y otro, delante de la Iglesia de la Concepción por el Ayuntamiento. Así se dirigieron a la Casa Colón donde tuvo lugar una gran recepción oficial.

  Al día siguiente, en el Templete de la Música de la Plaza de las Monjas, tuvo lugar y organizado por la Agrupación Artística Álvarez Quintero, la entrega de un martillo de oro, al mecánico Pablo Rada Ustarroz dando fin a los actos de recepción de los héroes del Plus Ultra.

domingo, 17 de marzo de 2013

CXVI A MI CRISTO DEL AMOR

  

  Querido lector:

  Me habrás echado de menos desde Navidad, ¿no es así?

  Efectivamente, después de pasar las entrañables Fiestas en Mérida, en compañía de toda mi familia, reunido en esta encantadora tierra.

  Una vez regresado a Huelva, empecé a notar unos síntomas de asfixia por lo que hubo necesidad de requerir los servicios de urgencias, que en vista de la situación, aconsejaron mi ingreso en el Hospital Infanta Elena de Huelva para seguir tratamiento facultativo.

  Ya en la convalecencia, al encontrarse de vacaciones uno de mis hijos, y cuando nos disponíamos ir a  desayunar al Centro de Mayores "Juan Ramón Jiménez", al salir, en la puerta dejo estacionada la silla de ruedas sin poner el freno, y mientras cerraba la puerta del portal, la rueda se deslizo a través de la rampa de la acera, saltanto el bordillo de la carretera, lo que hizo que cayera de bruces, fracturándome el tabique nasal, con grandes hemorragias y erosiones.

  Ingresado nuevamente en el anterior centro sanitario, he permanecido en el mismo, durante 14 días.

  Durante esta estancia, he estado junto a una gran compañía que no me ha dejado de la mano: mi Cristo del Amor, que gracias a Él, me he ido recuperando, esperando estar totalmente sano en unas semanas.
  
  Desde aquí quiero agradeceros a vosotros, las constantes muestras de interés, por mi salud, que me habéis mostrado, cosa que os agradezco de corazón.

 Espero pues, y a través de Memorias Onubenses, estar de nuevo en contacto con vosotros mis queridos lectores.

   Un abrazo a todos.