domingo, 17 de marzo de 2013

CXVI A MI CRISTO DEL AMOR

  

  Querido lector:

  Me habrás echado de menos desde Navidad, ¿no es así?

  Efectivamente, después de pasar las entrañables Fiestas en Mérida, en compañía de toda mi familia, reunido en esta encantadora tierra.

  Una vez regresado a Huelva, empecé a notar unos síntomas de asfixia por lo que hubo necesidad de requerir los servicios de urgencias, que en vista de la situación, aconsejaron mi ingreso en el Hospital Infanta Elena de Huelva para seguir tratamiento facultativo.

  Ya en la convalecencia, al encontrarse de vacaciones uno de mis hijos, y cuando nos disponíamos ir a  desayunar al Centro de Mayores "Juan Ramón Jiménez", al salir, en la puerta dejo estacionada la silla de ruedas sin poner el freno, y mientras cerraba la puerta del portal, la rueda se deslizo a través de la rampa de la acera, saltanto el bordillo de la carretera, lo que hizo que cayera de bruces, fracturándome el tabique nasal, con grandes hemorragias y erosiones.

  Ingresado nuevamente en el anterior centro sanitario, he permanecido en el mismo, durante 14 días.

  Durante esta estancia, he estado junto a una gran compañía que no me ha dejado de la mano: mi Cristo del Amor, que gracias a Él, me he ido recuperando, esperando estar totalmente sano en unas semanas.
  
  Desde aquí quiero agradeceros a vosotros, las constantes muestras de interés, por mi salud, que me habéis mostrado, cosa que os agradezco de corazón.

 Espero pues, y a través de Memorias Onubenses, estar de nuevo en contacto con vosotros mis queridos lectores.

   Un abrazo a todos.

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