Se me pone la carne de gallina, cada vez que me pongo a reflexionar, en el día a día, como se nos esta presentando la situación económica en nuestro país.
Me da verdadero pánico al ver , diariamente, en nuestros medios de comunicación, tanto escritos, como televisivos o radiofónicos, el aspecto que nos ofrecen, a cada instante.
Las listas del paro marchan , a un ritmo imparable, hacia la sima. La subida de elementos de primera necesidad , se disparan a lo loco: la luz un 9'08 %. los transportes ferroviarios el 4 %, el gas naturaL. el butano y la Biblia en pasta se incrementa, en todas las direcciones.
Los empresarios dan el cerrojazo, ante el descenso de las ventas. Miles de Pymes, se dan de bajas, cada año, ante la imposibilidad de poder hacer frente, a las nóminas de sus empleados.
Las rebajas de temporadas, a medida que pasa el tiempo, nos vienen a demostrar, el caos reinante, que acusa nuestro comercio en general.
Las instituciones públicas, pasan las de Caín. ante la falta de efectivos en tesorería.
Nuestras minas, se hallan selladas, sin perspectivas de recuperación, a pesar de que los precios de sus productos, como ocurre en el caso del cobre, son verdaderamente rentables, en el mercado internacional.
La flota pesquera nacional, se encuentra en paro forzoso, sin poder faenar, debido a la parada biológica que sufre.
Nuestros sufridos agricultores, no compensan sus gastos, al alcanzar sus productos precios irrisorios, en el mercado, mientras que los intermediarios se enriquecen.
La vivienda acusa, asimismo, una oferta desmesurada, de pisos vacíos en ventas, mientras la demanda permanece inactiva.
La actual situación nacional, es verdaderamente preocupante, ya que estamos viviendo momentos, de angustias, jamás conocidos en nuestra historia. Los funcionarios ven que una porción de sus haberes son retenidos, mientras que los jubilados nos encontramos con nuestras pensiones congeladas.
Las familias, con varios de sus miembros en paro, no saben como solucionar su problema, a partir de mediado de mes, por agotamiento de fondos.
Y, ante esta grave vivencia, - ¿Quién le pone el cascabel al gato ?-.
Nuestros políticos, son incapaces de sostener esta delicada situación, no consiguiendo alcanzar esa meta, tan deseada, de austeridad, que nuestra Nación necesita, ya que es necesario, en vez de encarecernos la vida coger el toro por los cuernos y acabar con el parasitismo de tantos enchufados, que como lapas, se han adheridos a la Administración Pública, en concepto de asesores políticos, cuestión que jamás se ha conocido en la vida, hasta que ha llegado este Estado bananero, que de seguir, como va la cosa, engrosaremos las filas de los comedores de Cáritas, que no dan abasto para tanta demanda reinante
-¿ Hasta donde, podremos llegar ?-.
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