En esta vieja piel de toro, que es España, durante este mes veraniego, raro es el pueblo ,por más recóndito, que se encuentre, que no rinda tributo de homenaje, a sus más excelsas patronas, en su diversidad de advocaciones marianas.
Y , es así, como se ponen de manifiesto, en cada localidad, celebrando sus mejores fiestas, dedicadas, a la Virgen de sus amores.
Tenemos, como botón de muestra, de ello, la maravillosa y encantadora playa de Punta Umbría, en la que su numerosa población de veraneantes, se unen, a los nativos, para acompañar, a su patrona, la Virgen del Carmen, hasta la ría, donde le esperan todas sus embarcaciones bellamente empavesadas para recibir a la Reina de los Mares y acompañarla, en su ya tradicional procesión marítima , junto a los estámpidos de los cohetes y ulular de las sirenas.
En Lepe, sus vecinos, arropan, en su recorrido, a la Virgen de la Bella, imagen muy venerada ,que es portadora, en su seno, de un singular sagrario, mientras desde la espadaña, de Santo Domingo, esa catedral, en miniatura, como le denominan, los leperos, lanza al vuelo, su atronador repique de campanas.
La Palma del Condado, recibe en sus calles, con toda veneración, a su Virgen del Valle, desde su capilla mudéjar, que en su día erigiera, su preclaro hijo, don Ignacio de Cepeda Soldán, ilustre palmerino, de perenne recuerdo.
Clarines, en Beas, se ve invadida, por una inmensa muchedumbre devota, que acoge, a su excelsa patrona, derrochando gusto y un verdadero alarde, de su arte, para rendir pleitesía a la Virgen de Clarines, donde todo es plegaria, hacia Ella.
Los valverdeños se concentran, multitudinariamente, ante Nuestra Sra. del Raposo, imagen preciosa, que se presenta en su trono exornado, con exquisito gusto y,arropada por sus devotos hijos, al mismo tiempo que,los "gregorillos", apuran su "pucherete", en espera a que se acerque su Celestial Señora.
En el tercer domingo agosteño, Huelva, se va acoplando, a lo largo, de su gran atalaya, el Conquero, para acompañar a la Virgen Chiquita, en su templete de plata, que armoniza, bellamente, con el ocre de los cabezos y el frondoso verdor de sus pinares.
Merece, mención especial, el último domingo del mes, ese simpático y pulcro pueblecito andevaleño, Villablanca, que viste sus mejores galas, para la celebración de la festividad de la Santísima Virgen de a Blanca,, esa pequeña imagen, que cautiva todos los corazones, y por la que siento gran devoción, por llevar en mis venas, sangre villablanquera , cuando al caer la tarde, acompañada de la Danza de los Palos, baja hasta el pino de la Virgen para luego recorrer, los alrededores de la Ermita, para celebrar, después,, su tradicional subasta, donde mi querido ahijado, Lorenzo González Corral, pierde la voz en ella, de tanto gritar ."Viva la Virgen de la Blanca" y "Viva su Santísimo Hijo".
Aprovecho, esta ocasión, para enviar un fuerte abrazo, al maestro emérito Sr.Urbano, presidente de la hermandad de la Blanca, por el desvelo, cariño y entrega , que siempre, a lo largo de su vida, ha profesado a su divina patrona.
Tambien , en varias localidades ,celebran las fiestas de San Roque, como en Lepe y Gibraleón entre otras.
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