miércoles, 13 de enero de 2010

PUEBLA DE SANCHO PEREZ



Tenía yo ocho años, cuando, atendiendo a prescripción médica, me trasladaron a este inolvidable rincón extremeño, rodeado de dehesas, y a pesar de haber transcurrido de ello, ochenta y cuatro primaveras, recuerdo mi estancia en esta localidad, de la que guardo vivencias de mi niñez, que son indelebles.

El galeno, propuso a mis padres, la necesidad de cambiar de aires, y ante esta decisión, fue mi abuelo materno, que era maquinista de la línea ferroviaria de Zafra-Huelva, quien se encargó de llevar a cabo las oportunas diligencias, para buscarme un lugar conveniente logrando un acuerdo, con un compadre suyo, que prestaba servicios, en la estación de Puebla, como guarda-aguja, en cuyo hogar me prestaron toda clase de atenciones y cariño.

Allí, pasé cuatro meses, que me parecieron un sueño. Los días, en que venía de correos ,mi abuelo, desde temprano, esperaba, yo, en el andén, y que alegría me embargaba, cuando por lo alto de la cuesta , que deja atrás, Medina de las Torres, observaba con pasión como aparecía la imagen de aquel tren humeante, que rápidamente, llegaba hasta nosotros y al hacer la parada reglamentaria, yo, un niño lleno de ilusión subía a la máquina, hasta cubrir la llegada final del recorrido en Zafra, desde donde la locomotora volvía al depósito de máquinas para dejarla en cocheras.

Una vez cumplido el servicio, nos trasladábamos a la residencia ferroviaria y después del aseo, comíamos, y como siempre traía encargos, que le hacían sus amistades, recuerdo el recibimiento, tan cariñoso, que nos prodigaba doña Visita, una Señora, muy amable, que era dueña, de una gran bodega, que siempre nos obsequiaba, con la consabida jarra de barro vidriado, que contenía la típica pitarra, de ese vino tinto, tan peculiar de la comarca de Tierra de Barros, y que provista de un largo palo con enganche, descolgaba de aquel techo poblado de embutidos, una herradura de chorizo, de sabor picante, propio de esta tierra, que no se me olvida en la vida.

Mi eventual residencia era acogedora, donde no faltaba la clásica chimenea extremeña, a cuyo alrededor nos reuníamos una tertulia infantil, en la que no faltaban los hijos, del también maquinista, Santiago Pérez, que eran mis mejores amigos.

Junto a nuestra casa, se hallaba ubicada la Panificadora de San José, que a la vez, era la suministradora de electricidad a la población, y en donde el día del Patriarca, patrón de la localidad, introducían, en sus instalaciones el "paso"del Santo, y eran invitados todos los asistentes, a que degustaran las exquisitas perrunillas.

Asistía, todos los días, al colegio, y no se me olvida cuando, al celebrar la fiesta del Día del Árbol, todos los niños acudíamos al camino de le Ermita,para plantar nuestro arbolito, correspondiendo me plantar el segundo ejemplar, por la derecha.

En el ejercicio de mi vida profesional, durante treinta y ocho años,en la monumental capitalidad de la Comunidad Extremeña, Mérida, en muchísimas ocasiones he visitado la Puebla, y junto a los mios, cuando me he dirigido hacia el santuario de la Virgen de Belén, al pasear junto a él,les he dicho a mis hijos, que en la primavera del año 1.926, lo planté yo, y hoy día es un enorme y frondoso ejemplar, cuyo tronco no lo abarcan dos personas.

Cada vez , que cruzo su término municipal, gozo al contemplar, el gran desarrollo que experimenta su población , y revivo aquellos años de mi infancia, entre amigos excelentes ,y que con el trabajo y tesón de los "peranos", contribuyen al mayor auge y engrandecimiento de una Extremadura, llena de encanto y prosperidad.

2 comentarios:

  1. Que curioso! Mi padre, también estuvo por una`situación similar, viviendo en Los Romeros (Jabugo). Además su madre, mi abuela, nación en Puebla de Sancho Pérez, y también vivión en Valencia del Ventoso antes de venir a Huelva. Su padre, mi bisabuelo, trabajaba también como ferroviario, por lo que mi abuela estuvo trabajando en muchas de las estaciones del tren Huelva Zafra.

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  2. Hola , que tal yo tambien soy de puebla de sancho perez, hijo y nieto de ferroviario, soy de otra epoca pero me gustan leer historias de ferroviario, de hecho me hubiera gustado serlo.Sin embargo tengo un trabajo muy ligado ala renfe como se decia antes, llevo hace mas de 20 años la cantina de zafra y de ahi me viene el gusto por esas historias ademas de haber conocido amucha gente ferroviaria

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Agradezco vuestra colaboración,espero veros a menudo por aquí.