miércoles, 15 de diciembre de 2010

LOS ALCALDES DE HUELVA (I)




Inicio esta Segunda Parte, de Memorias Onubenses, dedicada a los Alcaldes, que han regido, el Ayuntamiento de Huelva, a partir del año 1.926, en que empecé a ejercitar el uso de la razón, toda vez que he sido una persona, que he llevado a cabo la práctica de archivar, todos los momentos, más trascendentales, de los que he sido testigo presencial, en mi dilatada existencia.

Así, recuerdo, a aquel popular Alcalde, don Juan Quintero Báez, cuando iba presidiendo, en representación de la ciudad, el entierro del malogrado torero onubense, Manolito Báez "Litri", aquella tarde del día 18 de febrero, que siendo un niño, presencié en la calle de la Concepción.

Y, la ofrenda, que hizo a la ciudadanía, al dotarle de un espléndido servicio de abastecimiento de aguas, procedente del Tranco de Beas, que supo superar el gran déficit de tan preciado líquido, que sufríamos los onubenses.

Me vienen, a la memoria, aquellas tardes, en que las calles de Huelva, nos ofrecían, esas inolvidables imágenes, en la que las bocas de riegos se convertían en gigantescos surtidores, con motivo de la limpieza de las tuberías de conducción.

Le sucedió, en su cargo, el industrial tipográfico, don Antonio Plata de la Corte, quién consiguió la erección del Parque Moret, en terrenos que poseía la ciudad, desde hacia bastante tiempo.

Ello, vino a constituir una gran novedad para nuestros convecinos, que en las tardes de los domingos, convertían la Avenida de Manuel Siurot, en un hormiguero humano, para visitar unas instalaciones admirables, al presentarnos una gran glorieta, con un fantástico estanque, poblado de patos y cisnes, que continuaba por un corredor de rosaledas, para terminar en una gran plaza circular, dotada de bellos bancos, con una encantadora policromía que nos brindaban su azulejería.

Existía un gran palomar, representando la Cruz de la Rábida, en cuyas proximidades, se encontraba la célebre y popular, mona Rita, que nos encantaba a todos los visitantes, como su acompañantes, una cierva y una raposa.

En el año 1.928, es nombrado Alcalde, don Guillermo Duclós López, que permaneció en el cargo, hasta 1.930, transformando los jardines y arboleda de la ciudad, para ser reemplazado, nuevamente por el Sr. Quintero Báez, que en la tarde de su toma de posesión, al salir de clase del Colegio de San Casiano, nos vimos sorprendidos, al ver como la Banda Municipal de Música, interpretaba un concierto, ante la vetusta fachada de la Casa Consistorial, en la calle del Puerto, como homenaje al nuevo regidor, por su feliz actuación, en su anterior etapa de su mandato.

El día 14 de abril de 1.931, es proclamada la II República Española, y es elegido primer Alcalde del nuevo regimen, don Amós Sabrás Gurrea, cuyo mandato duró cuatro meses, por haber obtenido el escaño de Diputado a Cortes.

Durante el tiempo del ejercicio de su misión, solo se redujo a colocar una gran pizarra, orlada por la bandera tricolor, en la vieja fachada de la Casa Rectoral de la Parroquia de la Concepción, donde se daba a conocer las Órdenes de la Alcaldía,

Le sucede, don Carlos Oliveira Chardenal, que durante su gestión, sufrió la pérdida de un hijo, que fue atropellado por un autobús, de la Empresa Pera Bayo, en las proximidades del Paseo de Santafé.

Tras, dos años de ejercicio, fue sustituido, por el probo funcionario de la Compañía Riotinto, don José Barrigón Fornieles, que rigió el Ayuntamiento, hasta las elecciones del 12 de febrero de 1.936, en las que triunfa el Frente Popular, ocupando la mas alta magistratura local, el prestigioso Agente Comercial, don Salvador Moreno Márquez, quién con motivo del Alzamiento Militar, tuvo que exiliarse, junto a otros mandatarios onubense, a Casablanca.










2 comentarios:

  1. Me gustaria saber, que se dira dentro de por ejemplo 30 años. Sobre nuestro actual alcalde.

    cordiales saludos.

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  2. Es una vergüenza decir que el profesor Amós Sabrás Gurrea, en su corta gestión como alcalde, se limitó a colocar aquella pizarra en la calle Concepción. Por cierto, ese fue el primer acto de transparencia política en nuestra ciudad y no se ha vuelto a repetir (mucho menos en tiempos recientes). Allí se publicaban los resultados de los análisis del agua potable distribuida, que se hacían diariamente, y los resultados de las inspecciones sanitarias de locales y establecimientos de venta de alimentos y bebidas. Además de eso, durante su breve mandato, la Corporación descubrió ciertas irregularidades contables de anteriores mandatarios en el sistema de Arbitrios, retiró las subvenciones a cofradías confesionales (que contravenían la legislación de 1933 e incluso la Constitución de 1931), la lucha contra el paro con propuestas de obras públicas como la pavimentación de la calle Escultora Withney y otras, el derribo de la vieja cárcel de San Francisco y la promoción de la construcción de la de la Isla Chica por parte del Gobierno, el adecentamiento de casas de propietarios ricos que las tenían abandonadas o descuidadas, el cobro de deudas al Ayuntamiento de algunos ricachones como los García Morales, el abastecimiento de la Farmacia Municipal, que estaba sin medicamentos porque los laboratorios ya no le fiaban dinero a un consistorio endeudado, la eliminación del favoritismo en los servicios médicos públicos, la extensión de las ayudas de beneficencia a familias pobres, la reorganización de los servicios municipales periféricos (la Gota de Leche, por ejemplo, que incluía el Instituto Municipal de Puericultura...
    En fin, o adquirimos más y mejor información o dejamos de decir chorradas sectarias en un blog. Hoy es fácil acceder a esa documentación y, con ello, dejar de seguir al pie de la letra los mensajes reiterados y parciales de los de siempre.
    Mejore sus fuentes, señor. O retírese, porque, lamentablemente, hay personas que, por circunstancias diversas relacionadas con la formación, se creen todo lo que aparece en páginas como ésta.

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Agradezco vuestra colaboración,espero veros a menudo por aquí.