Ya ha terminado, por fin , la campaña electoral, y cada ciudadano con arreglo a lo que le ha dictado su conciencia , ha acudido a esa cita obligatoria, que tienen ante las urnas, para elegir a aquellos candidatos que consideran más cualificados e idóneos, para regir nuestra vida social.
Nos hemos visto libres, de ese atosigamiento al que nos ha sometido la clase política, valiéndose de todos los medios que han tenido a su alcance, y hemos visto como nos han ofrecido el oro y el moro, con tal de alcanzar un puesto, que les aseguren su supervivencia, durante otros cuatro años.
- ¿ Qué gusanillo, es ese que tiene la política, que van buscando vivir de la vida bilonga, a expensas del erario público ?-.
Yo conozco a un amigote, dedicado a este oficio, que creía que iba a vivir toda la vida, a costa de los demás, recordando como aparecía mandando y ordenando, como un Capitán General, creyendo, el pobre incrédulo, que su cargo iba a ser eterno.
Era, uno de esos que se consideraban imprescindible en todo el mundo. Llegada la Semana Santa, a la que se agarran estos elementos, allá lo veíamos, acompañado del jefe de filas, acudiendo a todos los actos oficiales, de cada cofradía, no faltando a ninguna de las comidas, que estas organizaban, al finalizar sus funciones principales de cultos.
Allí, estaba presente en el momento cumbre de la "levantá", como no faltaba tampoco, a visitarla, cuando los "pasos" estaban preparados para salir a la calle, el día de su estación penitencial
Pero, le llegó su San Martín, y en la siguiente convocatoria de elecciones, fue eliminado del cartel, y -¿ que pasó ?- pues que se le ve por la calle, como a un triste hombre, destronado de esa vida ficticia, que creía eterna.
Hay políticos que no piensan en su futuro, solo en el presente, que cuando están en activo se olvidan de aquellos, a los que tanto les requería el voto, y una vez cogida la sartén por el mango, si te vi, no me acuerdo.
Me parece magnífica, el obrar de ciertos políticos , cuando en el ejercicio de su gestión, anuncian que su mandato tendrá un límite de dos legislaturas, que debía ser el tope, que la ley debía de establecer, ya que este tiempo, es considerado prudencial, para desarrollar su función pública.
Pero la sociedad es inteligente y ha calado al personal, y cada vez más desengañada de ellos, optan por aborrecer a esta prole, que ha brotado como el hopo, y deciden arrimarse a la acera de enfrente, demostrando su más absoluto desprecio, huyendo de ellos.
Soy refractario a las visitas y en estas pasadas semanas, me he visto sorprendido por la presencia, ante mi puerta de representantes de dos partidos, quienes amablemente han departidos conmigo, como si me conocieran de toda la vida, al final me recomendaron de que no se me olvidara de darles mi voto, que ellos iban a arreglar este mundo ingobernable. He cumplido con mi obligación ciudadana y tengo mi conciencia tranquila , de no haberme doblegado a la imposición de estos farsantes, que como he comentado anteriormente,viven del cuento.
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