miércoles, 12 de octubre de 2011

LII.- PLAZA DE SAN PEDRO.




Ubicada a los pies, de la que fuera Parroquia Mayor de San Pedro, de nuestra ciudad, que venía a representar la máxima institución eclesiástica, antes de erigir la actual diócesis.

Recuerdo, en mis tiempos estudiantiles, en los últimos cursos de Bachillerato, allá por el año 1.934, cuando después de un duro batallar, conseguimos trasladarnos al nuevo Instituto del Conquero, que tuvimos la gran suerte de inaugurar , cuando junto a ella, todas las mañanas transitábamos , viendo en la esquina de San Andrés, en la puerta de su casa, a aquel virtuoso sacerdote, don Alejandro Cano Rincón, gran onubense y cintero, que derrochaba bondad, amor y caridad, a cuantos necesitados acudían a él.


En la otra esquina , diametralmente opuesta, diariamente veíamos a su otro compañero, don José Muñoz, que se dirigía, desde su casa a la parroquia, donde ejerció como coadjuctor toda su vida.

Y, aquel vetusto quiosco, donde en mi niñez adquiría los gusanos de seda, al aproximarse la estación primaveral, donde la chiquillería se abastecían de toda clase de golosinas, y se me viene a la memoria, aquel mediodía, en el que una grúa lo levantaba para siempre, ante la sorpresa para todos, al aparecer una gran colonia de ratones, que originó una gran batalla
improvisada, contra esta invasión de roedores .

En las mañanas invernales, los bancos de hierro eran ocupados por los vecinos, que acudían a tomar el Sol, y en las tardes estivales la aprovechaban para disfrutar de la suave brisa, al mismo tiempo, que saboreaban los ricos "chambiris", que adquirían a los vendedores ambulantes de la recién instalada heladería "La Ibense".

Aquella simpática plaza terriza, mas tarde remodelada y presidida por el monumento dedicado al tan querido don Manuel González García, "El Vicario", quién junto a don Manuel Siurot, fundaran el Colegio del Sagrado Corazón de Jesús, de donde salieran grandes hornadas de Maestros, entre los niños pobres de Huelva, que crearon un nuevo sistema educativo, que transformó , por completo la vida docente.

-¡ Plaza de San Pedro !-, En aquellas tardes, de recogimiento cristiano ,de los Viernes Santos, cuando nuestros vecinos acudían con gran fervor cofradiero, a presenciar la salida del Santo Entierro de Cristo.

Viernes Santo,con tus velos funerarios,
reza el pueblo, con unción,
gente sanota y sencilla,
los ancianos se arrodillan,
al pasar la procesión

Y, aquellas mañanas de Corpus, cuando a los pies de su vistosa torre, bajo el redoble de campanas, se desplazaba aquella monumental Custodia, en medio del ambiente ambriagador que ofrecía la fragancia de las juncias, tomillos y romeros. esparcidos por nuestras calles.

-¡ Parroquia de San Pedro !- con su esbelto campanario y su gran reloj, que marca , paso a paso, el tiempo y la historia, de aquella Huelva entrañable, que nos tocó vivir a los que hemos llegado a la nonegidad y que recordamos , con nostalgia , gracias a nuestra privilegiada memoria.


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