martes, 29 de marzo de 2011

LXXII.- ANÉCDOTAS COFRADIERAS-





Acudíamos, un Jueves Santo, a Sevilla, con objeto de visitar las distintas iglesias, desde donde hacían estación las distintas cofradías, en la Semana Mayor hispalense.

Constituíamos el grupo, Manuel González Escudero, el tallista Miguel Hierro Barreda, mi padre y el autor de estas líneas .

Al llegar a la Basílica de la Macarena, esta se hallaba atiborrada de visitantes, que acudían para ver a la Reina de San Gil, la Esperanza Macarena, que radiante, entre tanta belleza, nos mostraba las cinco "Mariquillas", que les regalara Joselito "El Gallo"

En el centro del templo, se encontraba , majestuoso, el "paso" de la Sentencia, hallándose situados en cada esquina un "Armao", en posición estática

Tan firmes estaban, que Miguel Hierro decía que eran maniquies vestidos con el uniforme
de la Centuria, que los ponían para darles mayor realce al "paso", y aquí surge la discusión,entre los demás, de que se trataba de "Armaos" de carne y hueso

Entonces, Miguel Hierro, para salir de dudas, se acercaba , cada vez mas, al soldado romano y le llegó a tocar el brazo, momento en que el "Armao", dió un ronquido, que nos hizo pegar un respingo a los cuatro, con lo cual quedó resuelta la discusión .


La cofradía de san Francisco, guardaba tanto sus "pasos", como las imágenes secundarias, en unos de los almacenes, de la firma González Barbas, en el muelle, y en las proximidades de la Cuaresma, hubo un conato de incendio, en donde se hallaban resguardadas, en el año 1.941,
afectando al San Juán,que sufrió bastante deterioro en el rostro

No daba tiempo para llevar a cabo su restauración, y para salir del apuro, el cura de San Francisco, don Carlos Sánchez, propuso a Ramón López, que era mayordomo de la cofradía, que en el almacén, tenia guardada una Dolorosa, que se podía camuflar y salir del paso

Entonces, se le ocurrió a Ramón, que como disponían de las vestiduras de San Juán, poniéndole una peluca, de noche podría pasar desapercibida, y de esta forma no lo pensaron mucho y pusieron mano a la obra, prometiendo guardar secreto ,entre todos

Pero la sorpresa surgió, cuando al desfilar la noche del Miercoles Santo, por la Gran Vía, casi frente al Gobierno Civil, se lanzó al aire una saeta, cuya letra era:

Madre mía, de los Dolores,
que te conviertes en San Juán,
arráncate el bigote,
y no salgas mas, didfrazá.

Era, tal la indignación de Ramón, que era capaz de pegarle dos tiros, al enterarse, al saetero
que lanzó,al aire, aquel canto, que era un dardo envenenado.


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