viernes, 23 de marzo de 2012

LXXIV.- GASTRONOMÍA DE LA SEMANA SANTA.



Recuerdo aquellos años de mi infancia, cuando llegada la Semana Santa, al visitar las distintas iglesias, desde la que hacían estación de penitencia, las cofradías establecidas en ellas, se podían ver todos sus alrededores, completamente abarrotados de puestos ambulantes de alfajores, cuya apetitosa mercancía, con su blanca envoltura, terminadas con su característicos flecos,se nos ofrecían por la módica cantidad de diez céntimos.


Al inicio de la comitiva procesional, levantaban el campo, organizándose un gran desfile con los tableros en las cabezas de los vendedores, y que era el anuncio de que la cofradía se acercaba, llamando la atención los artilugios luminosos que portaban , a base de petróleo o carburo.


Esta costumbre se fue perdiendo a partir de la Guerra Civil, siendo poquísimos, los que podemos recordarlo, a pesar del tiempo transcurrido.


- ¡ Como pasa el tiempo, Dios mio !-.


Y también como se me viene a la memoria, aquellos deliciosos alfajores, que nos ofrecía Manolo "El Hortelano", que vivía en la calle Madre Ana.


Pero el dulce, por excelencia, de estas fiestas - el Rey -, es el "Hornazo", y son muchos los onubenses que se desplazan a San Bartolomé de la Torre, donde existen varias panaderías que se dedican a su fabricación.


En el cercano pueblo de Trigueros, la artesana conocida como "La Pesetera", ha adquirido gran fama, en toda la comarca , por la exquisitez de los productos, que elabora en su acreditado obrador.


Recuerdo, también, a la Sra. Rita, que vivía en la calle Santa María, y que acudía a hacerlos adomicilio, y que daba lugar a ver, por la calle Miguel Redondo ,un desfile constante de bandejas que se dirigían al horno de la Panaderia del "Loro", y que luego a escondidas de nuestras madres, atacábamos a la canasta, que los contenía.


También, en Andalucía, en la semana Mayor, son muy celebradas las "Torrijas", y eran muy famosas aquellas que en grandes bandejas, exponían en sus escaparates, las pastelerías de José Miguel y Antonio Jorvas, que atraían, en estas fechas la atención de todos los onubenses, que al contemplarlas, exclamaban:


-¡ Están, para comérselas !-.


En lo que se refiere a las comidas ordinarias, en estas fechas , la atención se centra en el bacalao, ya que la mayoría de los platos mas selectos, lo emplean como elemento estrella, ya bien en tortillitas ó en forma de potaje, respetando la tradición de nuestras abuelas de emplearlo para sustituir a la carne, que es relegada a segundo término, en estos días tan señalados.

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