miércoles, 22 de julio de 2009

CALLE DE MIGUEL REDONDO


Es, ésta, una de las más típicas del callejero onubense, que, gracias a Dios, y a través del tiempo, no ha sufrido cambio, en su nomenclatura.

Enclavada dentro del centro histórico, es un punto de referencia, para todos los onubenses.

En ella, se daba la representación genuina de la Huelva marinera, pues, de niño, la conocí,
cuando vivían, en ella, muchos vecinos, que dedicaban su vida a las tareas propias de la mar.

En pleno invierno, observaba, como aquellos hombres, curtidos por el Sol y las brisas marinas, se afanaban, en su labor, de confeccionar, en plena calle, sus famosas "nasas", para la captura del choco, constituyendo, verdaderas obras de arte.

Recuerdo, a aquel viejo patrón, Sr.Domingo,octogenario, muy amigo mio, cuando me comentaba, después de casi un mes gris y lluvioso, al preguntarle, cuando cambiaría aquel mal tiempo .

Mira, hijo, este temporal, que tenemos encima, comenzó con una fuerte tormenta,y hasta que no nos llegue, otra por el estilo, no nos veremos libre de ella.

A los pocos días, se produjo, este nuevo fenómeno atmosférico y siempre he tenido presente, a lo largo, de mi dilatada vida, la sapiencia de este viejo lobo de mar, que me exponía, su gran experiencia, en la ciencia del tiempo.

-¡ Calle de Miguel Redondo,con sus casitas bajas y relucientes de cal !-.

Entrando por la derecha, se encontraba la casa donde nací, me crié y donde me hice hombre. Allí, la tienda de mi padre,que era un verdadero Arca de Noé, y, que a lo largo de sus ochenta
y cuatro años, de existencia, se convirtió, en una verdadera institución para los onubenses, y sobre todo para la grey infantil, que constituía , para ellos,su zoco preferido.

Seguía, en aquella misma acera, la casa de la "Querida", con su popular carbonería; José "el lechero" ; el maestro Cuatio ; el salón de Frasquito, convertido durante la República, en centro sindical de los anarquista -C.N.T-,y por último en Talleres Faraco ; la tienda de Pedro, en la esquina, con sus típicas bolachas ; Rafael López, probo funcionario de Zafra-Huelva, constructor, de la nao "Santa María", que permaneció, durante muchos años, fondeada, en el estanque del Retiro, madrileño ; y cerrando, esta fila , la tienda de Domingo Petrés.

Por la izquierda, nos encontrábamos con el Café de Pantaleón ; el taller de zapatería de Manuel Gómez ; la casa de la Ciriaca, donde vivía el industrial, don Rafael Gómez, precursor de
Astilleros de Huelva ; la panadería del Loro, acreditada por sus famosas vienas, tortas de aceite y ensaimadas ; la cerrajeria de Enrique Gayango ; el sampuzo de Fandiño ; el almacén de Sebastián Mazo. ferviente rociero y por último el Bar La Palma, centro de reunión de viejos tertulianos.

Allí, tomábamos el Sol, en los mediodías invernales, y, en la época estival, celebrábamos, en nuestras puertas, aquellas reuniones noctámbulas, hasta bien entrada, las primeras horas de la madrugada, sin que nadie nos turbaran nuestra paz.

- ¡ Calle de Miguel Redondo, en su ensoñadora noche del miércoles santo !-. Toda Huelva, se concentra en ella, para echarle , sus mejore piropos, a la Esperanza marinera, donde se da cita los mejores saeteros, y los verdaderos amantes de nuestra Huelva eterna.



1 comentario:

  1. Enhorabuena por el artículo. Nos transporta claramente a aquel momento de la historia de nuestra ciudad. Sólo quiero añadir que Miguel Redondo fue un onubense del siglo XVI que hizo las Indias y quien sufragó el comienzo de las obras del ya desaparecido convento de San Francisco (origen de la Hermandad de la Esperanza y donde hoy están el ayuntamiento y los Jesuitas). Murió en su viaje de vuelta a nuestra ciudad y el Almirante Garrochó (cuya lápida sepulcral se encuentra en el Santuario de la Cinta) concluyó las obras del citado convento(ver "Historia de las calles y plazas de Huelva" de don Diego Días Hierro)Gracias

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Agradezco vuestra colaboración,espero veros a menudo por aquí.