miércoles, 23 de diciembre de 2009

TIEMPO DE INOCENTADAS




Una vez transcurridas las fiestas navideñas, van adquiriendo gran auge, año tras años, gastar a amigos y familiares, alguna que otra broma, con motivo de la celebración de los Santos Inocentes el comercio se van prodigando, más establecimiento que se dedican , por estos tiempos, a la venta de artículos de pega, con un variadísimo surtido de artilugios, con verdaderos adelantos, que de verdad, nos quedamos asombrados, ante ellos.

Recuerdo, en mi infancia, ya en los últimos años de la década de los veintes, el periódico local "Diario de Huelva", anunciaba que a las tres de la tarde , arribaría a nuestra ría, el transatlántico "Queen Elisabeth", que desembarcaría a mil turistas, deseosos de conocer los Lugares Colombinos

Ni que decir tiene, que a esa hora, todas las cercanías del puerto, desde el Muelle de Riotinto, hasta las proximidades de la antigua Glorieta, estaban inundadas de deseosos de conocer el famoso paquebote, cuando al cabo de más de media hora de impaciente espera. apareció , por el Paseo, el popular coche de caballos. de Manolo Domínguez,con una cartela que colgaba de su capota, que decía:"INOCENTES".

Aquella muchedumbre, con gran resignación, reconoció que habían caído, en la ratonera.

Se me viene a la memoria, en tan señalado día, cuando en la Casa de Socorro, de Mérida, se nos ocurrió, a otro colega, y al autor de estas líneas, hacerle una hechuría, a otro compañero nuestro, que era muy tacaño e interesado.

Era domingo, precisamente,, y sobre las siete de la tarde, valiendo nos de la colaboración de una chica amiga, se hizo una llamada telefónica, desde el exterior del centro sanitario, rogando se desplazara una enfermera, al Parador Nacional, para inyectar al Sr.Sánchez.

-¡ Qué enfermera, ni ochos cuartos, estando.yo, de Practicante !.-, nos contestó.

Y, al llegar al Parador, para inyectar al mencionado Sr.Sánchez, dada la casualidad de apedillarse,así, un hospedado, el recepcionista, le indicó, que subiera a la primera... planta, habitación 114.

Al llamar y abrirse la puerta, dijo:

Buenas tardes. -¿ El Sr.Sánchez ?-.

-Servidor, ¿ Qué desea ?-.

Soy el Practicante, que ha sido requerido para ser inyectado.

-¿ Pincharme, a mí?-, si estoy más sano que una pera,

-¿ Entonces ?-.

Haber si es que le han gastado una broma, ya que hoy es el día de los Santos Inocentes.

-¡ Me cachi, en los moros, que he caído en la trampa , Canallas !
.
Y desde el balcón del "Mimi", veíamos, al pobre hombre, con su carterita , en la mano, pegando bufidos, deseoso de comerse, en aquel mal momento, a toda la casta, de quien había tenido la fatídica idea, de requerir sus servicios profesionales y burlarse de él.




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