viernes, 28 de mayo de 2010

AGRADECIMIENTO, AL SEÑOR ARIAS.




Hace unos meses, al publicar la pagina semanal, de mi Blog, hacia una historia, sobre la proliferación de bancos públicos, que siempre les dieron su seña de identidad, a nuestra ciudad, Plazas de las Monjas, Merced, Isabel la Católica, Dos de Mayo, jardines del Muelle etc. etc..., y las nuevas instalaciones, que hoy día nos ofrecen, nuestras nuevas avenidas, parques, que les dan empaque y belleza singular, ante la vista de propios y foráneos.

Sin embargo, hice constar el fallo garrafal, que se cometieron con las Avenidas de Federico Molina y Pio XII, que al levantar el antiguo pavimento, para renovar el actual acerado, se llevaron los bancos viejos que existían, en las mismas, sin que tuviera lugar la reposición de los mismos.

Tras, un sufrir interminable, de llamadas al teléfono de la Delegación de Infraestructus del Excmo. Ayuntamiento, sin resultados positivos, le envié copia de dicha página al Sr.Delegado mencionado, haciéndole ver lo necesario que son los bancos para las personas de la tercera edad, y cual no habrá sido mi asombro, al ver colocado dos flamantes ejemplares de hierro, que han venido a reemplazar a los vetustos, que desaparecieron, que nos han llenado de alegría a todo el vecindario.

Pero hemos tenido la desgracia de perder, a un personaje singularísimo del barrio, que era uno de los asíduos contertulios que frecuentábamos, esa esquina peculiar, adyacente con Roque Barcia. Me refiero a D. José Manuel Vicente Reina, recientemente fallecido, sin que pudiera ver sus aspiraciones de reanudar nuestra reunión cotidiana.

Por ello, quiero hacer público, nuestro mas cordial reconocimiento de gratitud, al edil Don Felipe Arias, por no haber dudado de la importancia de este mobiliario urbano, para su uso por las personas mayores, que con su animada conversación, nos ayudan a pasar el día a día, recordando , la grandeza y la tranquilidad, que nos brindaron aquellos felices años, en los que se fue desenvolviendo nuestra juventud añorada, en estos tiempos, en que discurren, la última etapa de nuestra existencia terrenal.

Es de agradecido, quién es bien servido.




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