miércoles, 13 de abril de 2011

X V I.- FELIZ CUMPLEAÑOS.




Hoy, es miércoles, día 13 de abril de 2.011, y mi trabajo semanal, en esta jornada, quiero dedicárselo a un hombre, que a la chita y callando, recorre paso a paso, las calles de nuestra ciudad, para apreciar, y tomar buena nota, de los fallos y deficiencias, que día a día, va denotando nuestra urbe, para que nuestros convecinos, observen como son corregidos de inmediato y logren disfrutar de un entorno digno y habitable.

En mi larga experiencia, que me ha brindado, casi un siglo de existencia, he sido testigo de la metamorfosis, que ha sufrido nuestra capital, desde aquellos tiempos en que nos despertaba el ulular de la sirena de los talleres de Riotinto, como los pregones matutinos de los molletes calientes, y mi marinera calle de Miguel Redondo, tomada a primeras horas de la mañana, por una piara de cabras, que era rodeada por numerosas amas de casa, provistas de la jarra de loza, que esperaban turno, para que se las llenaran de la leche, recién ordeñada.

Aquella calle de casitas bajas, cuyos vecinos, en la época estival, la ocupaban en sus noches, con las típicas sillas de eneas y hamacas, disfrutando de la suave brisa hasta bien entrada la madrugada, como la asistencia todas las mañanas a la taberna de Fandiño, para saborear la palomita del aguardiente de Hierro.

Era la Huelva apacible y campechana, en la que los onubenses disfrutaban de aquellas películas, que estaban en voga, con Imperio Argentina y Miguel Ligero, que abarrotaban las salas del Rábida, Teatro Mora y Real Teatro (hoy Gran Teatro), en la época del cine mudo, todavía.

Durante cuatro décadas, en la que he residido en la Roma Española, la ciudad de Mérida, cada vez que me desplazaba a Huelva, observaba como, a partir de la creación del Polo de Desarrollo Industrial, la ciudad experimentaba una gran transformación urbana.

Una vez, en mi vida pasiva, ya jubilado, desde los años noventas, las raíces me tiran y comparto mi existencia, entre Extremadura y esta encantadora ciudad que me vio nacer y he aquí, en estos años, cuando Huelva está más bonita y atrayente, ya que su fisonomía es, bastante distinta.

Sus avenidas, su mobiliario urbano, sus parques y jardines, tan coquetones, sus variadas fuentes y su grandiosa monumentalidad, les dan un realce impresionante.

Por estas razones, en este día de hoy, dejo mis cotidianos relatos para dedicarlo a dar al Delegado Municipal de Infraestructura, Felipe Arias Durán, mi más entusiasta felicitación en su 38 cumpleaños, por su gran labor cotidiana, su trabajo incansable, por atender a todos los pequeños y grandes detalles, que nuestro pueblo va demandando cada día.

Por todo ello, recibes mi mas efusivo reconocimiento y que estos aconteceres, sigan su ruta, para que en tu próxima tanda municipal, sigas mostrándonos tu gran labor y amor por Huelva.

Feliz día, Felipe.

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