miércoles, 20 de abril de 2011

X V I I .- LA IGLESIA DE LA MILAGROSA.



Este templo fue construido en el año 1.929, siendo diseñado por el arquitecto José María Pérez Carasa, de estilo neogótico, constando de tres naves: una central y dos pasillos, que se encuentran cubiertos por bóvedas de nervaduras.

Recuerdo, siendo un niño, como mi madre sacó del ropero, una tarde, una alcancía de barro, y la rompió con la maja del almirez, sobre la camilla, apareciendo un montón de monedas de plata, de dos pesetas, y una vez que procedió al recuento, arrojó un total de trescientas pesetas, y acompañándola , al atardecer, llegamos a la Casa de San Vicente de Paúl, en la entonces calle Odiel, (hoy Avenida de Italia), que popularmente se le conocía como "Fonda de las Tres Chicas", donde acudían a comer los menesterosos.

Allí, se entrevistó con su amiga de la infancia Sor Rafaela Muñoz, y le hizo donación de la cantidad, antes citada, para colaborar en la suscripción pública, para la construcción de la nueva iglesia, que se estaba levantando, en la calle Rábida, a la Virgen Milagrosa.

Meses, después, asistimos a la bendición de la misma, que ofició el Cardenal de Sevilla, don Eustaquio Ilundain y Esteban, que en el acto, acusó ser una persona con mucho genio.

Ya, en mi juventud, acudía con mi novia, y mÁs tarde esposa, los finales de semanas, a los cultos que celebraba, el recordado Padre Gutiérrez, ya que ella era Hija de María de la Medalla Milagrosa.

Todos los años, en el mes de noviembre, tenía lugar la magna procesión con motivo de la festividad de la Titular, con aquel trono monumental, sobre un camión, que preparaban, en los talleres de Matías López.

En el año 1.936, sufrió al igual que el resto de los templos onubenses, los efectos de la Guerra Civil, y una vez restaurada y convertida en parroquia, a partir de la instauración de la nueva diócesis onubense, en el año 1.969, un terremoto le causó serios desperfectos, cuya obra de restauración, finalizada al cabo de varios años, por El Corte Inglés, y que fue llevada a cabo, bajo la dirección de Francisco Javier Vallejo Osorios.

Mientras tanto, fue abierto al culto, en la calle Padre Andivia Garrido, un centro, como parroquia de Nuestra Sra. Estrella del Mar, y una vez terminada la restauración del templo, fue rehabilitado, pero con el nuevo titulo.

Cual sería nuestro asombro, cuando, en uno de los desplazamientos que hicimos, desde Mérida, donde ejercía profesionalmente, nos sorprendió, presidiendo el retablo mayor, una imagen de una Virgen, en posición sedente, mientras , que al salir pudimos ver a la Virgen Milagrosa, detrás de la entrada, haciendo de portera, aquella imagen tan querida por sus devotos hijos.

-¿ Que ha ocurrido ?-.
No me lo explico, que un templo erigido por suscripción popular, en honor de la Virgen Milagrosa, relegue, en la forma que se aprecia, el amor que pusimos todos los onubenses para
la erección de una casa digna, para nuestra Madre.

Sé, de sobras, las campañas, llevadas a cabo desde todos los medios de comunicación a fin de subsanar semejante atropello, sin que den sus brazos a torcer pero, mis queridos amigos, se me viene a la memoria, aquella frase que Don Quijote le dirigió a su escudero:

-¡ Amigo, Sancho, con la iglesia, hemos topado !-.




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