Qué tiempos más felices, aquellos de nuestra juventud, que hoy día añoramos ,al detectar el giro tan desmesurado que acusa nuestra sociedad.
Aquellos paseos diarios, que al anochecer dábamos por la calle Concepción o Plaza de las Monjas, donde empezaron nuestros primeros escarceos, entre amigos y compañeros del Instituto.
Y las citas con el "Cinema Park", que regentaba la familia Balary, tan concurrido en las noches estivales, con su gran terraza, o su acondicionamiento en el invierno donde acudíamos a ver las representaciones teatrales de la Compañia Cardoso.
Los convites en el Quiosco de "El Italiano"con sus célebres paquetitos a perra gorda, de patatas fritas, que en aquellos atardeceres sabían a gloria.
El inicio del cine sonoro en el Gran Teatro, con "Cuatro de Infanteria" y meses mas tarde en el Coliseo de la calle Gravina, con las revistas en tecnicolor ·Vagabundos" y "El Desfile del Amor".
Los conciertos de la Banda Municipal de Música, todos los domingos, con abundancia de veladores, que en las noches veraniegas eran muy concurrida por los onubenses para disfrutar de los helados con sorbetes.
La convivencia vecinal en la marinera calle de Miguel Redondo, donde se formaba un círculo de muchachaa que se tiraban de unas a otras el viejo cántaro del agua, que al destrozarse en el pavimento, seguidamente era reemplazado por otro.
El Gigante del Barrio, Antonio "El Fundidor", con sus famosas " galopeas", que requería la ayuda
de los que se dirigían a la Estación de Sevilla. para encontrar su casa, cuando se hallaba sentado en el umbral de la de enfrente.
El rebaño de cabras de Fermín., que con el sonido del cencerrito, avisaba de su presencia a las vecinas , que acudían provistas de sus jarras, para proveerse de la espumosa leche recién ordeñada.
El ulular de las sirenas de los talleres de Riotinto o Matías López, que servía de diana a los vecinos, para empezar sus quehaceres diarios.
La metamorfosis experimentada en nuestra ciudad, con la instalación del Polo Industrial que con el desarrollo urbanístico hizo desaparecer del mapa los antiestéticos retretes para dar paso ,con las nuevas edificaciones , a servicios sanitarios de primer orden.
La lluvia de coches "Seiscientos·" que invadieron nuestras calles, ya que era la gran aspiración de nuestros convecinos.
El cambio del régimen totalitario por el establecimiento de nuestro actual Democracia vino a constituir la satisfacción de los ciudadanos, pero-¡ Ay !-, nos hemos visto desbordado por la clase política.
Existe duplicidad de cargos innecesarios, en todos los departamentos públicos, llegando a consumarse un estado de despilfarro en todos los órdenes , que la cuestión clama al Cielo, encontrándonos enmedio de una bancarrota sin límite
Ha llegado a tan penosa situación económica las Instituciones, que no tienen muchas dinero para hacer frente a las nóminas del personal.
Los funcionarios públicos se han visto desprovistos de la paga extraordinaria de Navidad. No hay fondos para las Universidades. Se retiran las subvenciones oficiales a todo quisque. Es una verdadera bancarrota, en general.
Los políticos disfrutan de unos sueldazos, jamás conocidos. Nos establecen el pago por recetas al retirar nuestros medicamentos a los pensionistas. Esto es la " Reoca".
Sin embargo, a pesar a todos las normas de austeridad, en estos día me veo sorprendido ante la gran faustocidad que presenta la iluminación extraordinaria de Navidad.- ¡ Que derroche de luz !-,
Tenemos cicno millones de españoles sin trabajo y estas actitudes de nuestra clase política es un
desafío a la actual situación de crisis que atravesamos.
Ha llegado la hora de apretarnos el cinturón, o si no, que venga Dios y lo vea.
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