sábado, 5 de septiembre de 2009

AQUELLA GRAN FERIA DE LA CINTA


Nuestra capital, celebraba con gran tronío, su tradicional feria, con motivo de la celebración de la festividad de su patrona, Ntra. Sra.de la Cinta, como ya he citado, de ligero, en anteriores páginas, del 5 al 8 de septiembre.

Según me comentaba mi padre, con tal motivo, se instalaba una iluminación extraordinaria de gas, bastante atractiva desde el inicio de la calle San José, hasta el final del Paseo de la Independencia y que consistía en unos arcos tubulares, provistos de unas vistosas tulipas de cristal,de variado colorido, que llamaban poderosamente la atención de propios y extraños, y que eran encendidos por los populares faroleros, que para su cometido se valían de una escalera rodante, de grandes dimensiones, y valiéndose de una larga caña terminada en una llama, siendo muy laboriosa su misión, mientras que el apagado era mucho más rápido, ya que al cerrar la llave general del fluido, desaparecía tan vistosa iluminación.

Asimismo, la Plaza de la Merced, presentaba un aspecto deslumbrante, por la artística iluminación que nos brindaba y su kiosco central, que aparecía entoldado con su cortinaje blanquiazul, donde nos ofrecía selectos conciertos la banda municipal de música, durante los días feriados.

En el lateral contiguo a la calle Ginés Martín, se colocaba un gran telón, donde se proyectaban los entonces llamados "cuadros disolventes", donde aparecían imágenes, como la del tristemente famoso asesino Landrú y con una bocina se iban dando la identidad de los personajes que iban apareciendo en la pantalla.

Desde el porche de la iglesia, se lanzaban los globos y fantoches, con los que se distraía la población infantil, mientras en sus alrededores acusaban su presencia las tómbolas benéficas y los tradicionales puestos de ponche.

En el lateral derecho, frente a donde se encuentra ubicada la Cruz Roja se instalaba la tradicional buñolería de la famosa Amalia la gitana, exornada con cortinajes de encajes, mientras que en la Cuesta del Carnicero se nos presentaba atiborrada da cacharritos, y a partir de la construcción en ella del gran bloque de viviendas, se inició la decadencia de estas fiestas, al vernos desprovisto de este gran espacio, que junto al empuje de las Fiestas Colombinas colmaron el vaso.

Desde la Plaza de la Merced, completamente abarrotada de público, se presenciarían las sesiones de fuegos artificiales, que se ofrecían desde el cabezo de San Pedro, y el trayecto final hasta la Plaza de Toros era el lugar donde se instalaban los puestos de turrón, juguetes, rifas etc.

Durante los días de fiestas, se celebraban varias corridas de toros, y a la terminación de las mismas el recinto ferial presentaba una inusitada animación.

Hoy día, todo ha quedado reducido a una gran Verbena que es compartida entre el barrio de la Vega y la Barriada de la Orden , mientras que la población onubense, acude en masa a todos los actos religiosos en honor de nuestra excelsa patrona.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Agradezco vuestra colaboración,espero veros a menudo por aquí.