miércoles, 23 de septiembre de 2009

LOS MÉDICOS DE FAMILIA




Dentro del macro organismo, que, hoy día, constituye la Sanidad Pública, con su complejo entramado, la figura del Médico de Familia, es uno de los pilares fundamentales, de nuestra asistencia sanitaria.

El actual médico de familia, que ha venido a sustituir, al tradicional médico de cabecera, como les hemos llamado siempre, viene a ser la base esencial,de nuestro servicio público de salud. Sobre él,recae la gran responsabilidad del cuidado del ser humano, en sus horas más bajas.

Él, es, el que tiene a su cargo la custodia, de ese gran arsenal, que contiene todas nuestras Historias Clínicas, que les ponen al corriente, de cuantas vicisitudes se dan, en el devenir de nuestro ciclo vital.

Recuerdo a nuestro viejo médico, cuando acudía a nuestra casa, en la que era recibido con todo el cariño y se sentaba, junto a la cama del enfermo, en aquella habitación zahumeriada con alhucema, donde no faltaba el sillón con la palangana, la toalla y su pastilla de jabón Heno de Pravia.

Allí, observaba, pacientemente al enfermo, mientras le colocaba el termómetro, le inspeccionaba la lengua, las pupilas, y pedía una cuchara para verle la garganta y una vez realizado el estudio, echaba mano de su bloc de recetas, prescribía el tratamiento y hacía trabajar al boticario, a base del mortero de ágata.

Hoy día, la vida está muy cambiada, en lo que a sanidad respecta.Tienes que acudir, por vía telefónica, a solicitar cita, para que nos vea el médico, que se puede alcanzar, tras una demora, que a veces alcanza hasta una semana.

Una vez concedida la cita para que acudiéramos a la consulta, el día tal... a las 12'13, allí nos encontramos a otro compañero de espera, que había sido citado para las 12`16. Tanto tiempo esperando para una consulta de tres minutos.

Yo, he tenido gran suerte, con la médico que me atiende, ya que es una profesional bastante competente y con una humanidad sin límites. Mientras tanto, otros no dicen lo mismo.

Pero, si la mayoría estamos de acuerdo, con la actuación de estos profesionales de la medicina familiar, a pesar de las esperas, que hay que soportar, para que les reciban en consulta, esa es la cara de la moneda, pero si le damos la vuelta, a ésta, nos encontramos con el reverso, que es la cruz.

El servicio que nos prestan estos profesionales, se transforman por contra, en el momento de caer enfermo en cama. Acudes a solicitar su asistencia domiciliaria y la cosa da un giro de 180º. Los médicos de familia no acuden a asistirles a casa para que les atiendan y una vez que reciben el aviso, te mandan, desde el Centro de Salud más próximo, al Dr. x, una persona nada afecta, que ni siquiera toman asiento,porque tienen prisa y se tienen que ir rápidamente y para colmo no vienen provistos de recetas , indicándote que te acerques a la farmacia y te den los medicamentos A y B, y vayas después al médico, para pasar nuevamente, el calvario de solicitar nueva cita. para que te las recete, el día, que tengas la suerte de recibirte. La sanidad pública andaluza es un desastre, es inhumana. Los Centros se hallan con bastantes bajas por cubrir. Los servicios de urgencias son tercermundistas.

He tenido la suerte, de comprobar este servicio en la Comunidad Extremeña, en la que se hallan debidamente atendidos, tanto en consultas como a domicilio y habiendo sido la región más pobre de España, ha sabido resurgir, rápidamente, porque tienen unos gobernantes, que aunque tengan el mismo color político, saben batirse el cobre por sus ciudadanos, mientras que aquí en Andalucía, se pasan el tiempo mirando las musarañas.

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