Existe un viejo dicho en nuestro país, en el que se hace referencia de que en España tenemos solo tres acontecimientos, que cumplen con estricta puntualidad. Estos son: las corridas de toros, las salidas de los trenes y los entierros-
Y, en verdad, si vamos a los toros, vemos como a la hora marcada para el espectáculo, el Sr. Presidente toma asiento en su sillón, saca el pañuelos blanco y a los sones de un pasodoble taurino, se inicia el paseillo.
Los trenes, igualmente, al señalar el reloj, el momento de partida, el Jefe de Estación, provisto del banderín protocolario, lo levanta, hace sonar su silbato y el convoy inicia su marcha.
Ya en la década de los cuarentas, las Compañías de Revistas, al interpretar "La Blanca Doble", nos traían aquellos estribillos de:
Los viajes de la Renfe,
tan solo tienen una pega,
que se sabe cuando salen,
pero nunca, cuando llegan,
En cuanto lo concerniente a los entierros, los tiempos han ido introduciendo una serie de cambios, bastantes notorios
Cuando yo era un niño y a las cinco de la tarde salía del Colegio de San Casiano, al llegar a la Parroquia de la Concepción, muchos días nos encontrábamos con un entierro, en su puerta principal, que por aquel entonces se dirigían con Cruz Alzada, acompañada de dos ciriales, y con toda las corte de sorchantres, sacristanes y cuerpo sacerdotal, al domicilio de la familia doliente para recoger al difunto y conducirlo a las respectivas iglesias , donde entonaban un responso y a continuación se trasladaban a la vieja necrópolis de San Sebastián , siendo conducido el ataúd a hombro de sus allegados y amistades, y en la plazoleta se despedía el duelo.
En el año 1.918, en que nací, hubo una epidemia de la gripe europea, y me contaba mi padre que habían días en que pasaban .por la esquina de la calle Miguel Redondo hasta seis acompañamientos de familiares llevando sus difuntos al cementerio y los ataúdes, eran numerados con tiza, para llevar el orden de enterramientos.
A partir del año 1.930 en que se inaugura el actual Cementerio de la Soledad, se establece el traslado en servicios de coches fúnebres y según el deseo del los allegados, se contrataban las carrozas de dos, cuatro o seis caballos (servicio a la Fedérica, con ayudantes de las caballerías).
Con la instauración del Obispado Onubense, los servicios religiosos se modifican, despidiéndose en el límite parroquial, o sea que la feligresía de la Concepción, al llegar a la escalinata de San Pedro, se retiraba con un responso y se despedía el duelo.
Actualmente las viejas carrozas fúnebre han sido reemplazadas por modernos coches, que han sustituidos a aquellas viejas estampas, hoy pasadas a la historia, existiendo muchas empresas que aseguran todos estos servicios,que vienen a representar una gran comodidad a las familias que tienen que pasar por estos terribles momentos.
El Clero también se ha modernizado, y reciben en las entradas da las parroquias a la comitiva funeraria para proceder a la celebración de la misa de corpore insepulto despidiendose el duelo en los atrios parroquiales.
Los entierros mas multitudinarios han sido los del Alcalde don Antonio Mora Claros, el del torero Manolito Báez "Litri", y de los novilleros Pedro Carreño y Rafael Carbonell.
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