Recuerdo aquellos felices años de mi juventud, en que llegada la época de vacaciones acudía a efectuar prácticas en el Hospital Provincial de la Merced, con vistas a estudiar Medicina, una vez terminado los estudios de Bachillerato, en la Facultad hispalense. pero cuando esto ocurrió en mayo del año 1.936, a los dos meses estalló la Guerra Civil y tuve que incorporarme con el reemplazo de 1.939, al servicio militar obligatorio.
Después de pasarme toda la contienda en un Hospital de Campaña, en los frentes del Ebro y Extrremadura, opté por ser Ayudante Técnico Sanitario, profesión que se conocía en época pasadas como sanadores, sacamuelas, sangradores, practicante y en la actualidad Enfermeros.
Entre otros servicios que entraba dentro de las mencionadas prácticas, teníamos el Manicomio de "La Morana" de esta ciudad, que se hallaba ubicado en en inicio de la Avenida de San Antonio, limítrofe con Marchena Colombo.
Este gran espacio que fue adquirido por la Diputación Provincial de Huelva, a don Fernando Morales Vázquez, con intención de construir el nuevo Hospital Provincial, nunca llegó a realizarse, por su elevado costo, en aquellos tiempos.
En su lugar se edificó el Manicomio, que consistió en una extensa nave de una planta con amplio corredor a cuyos laterales se encontraban una treintena de celdas, que por la parte posterior se comunicaba con un amplio patio de recreo para los recluidos y que tenía acceso a una extensa huerta que era atendida por los enfermo mas leves y cuya producción era para atender a la despensa del Hospital
Entre los internos había quién destacaba por sus excentricidades, como aquel de correcta compostura, que cuando nos acercábamos a él , siempre contestaba:"Cuidado que hay corriente".
Otros acusaban un estado agresivo, como el "Valverdeño", que una tarde me largó un bocado en un dedo, que me causó una impresión inolvidable.
Un día se nos escaparon "Arturito" y "Paquito Cinini", siendo nuestra sorpresa al mediodía cuando una furgoneta de la Guardia Civil lo interceptaron en Valverde del Camino y al manifestarles que se habían fugado del Manicomio de Huelva, los retuvieron y procedieron a su reingreso en el mismo.
En unas obra que se llevaron a cabo en dicha dependencia, todos aquellos internos , que su estado lo permitía, colaboraron en la misma y todos llevaban sus carretillas aportando materiales de construcción y al observar como una la llevaba boca abajo, al preguntarle por la actitud que adoptaba, nos contestó:
-¡ Pues si la llevo de la otra manera, la llevaría cargada !-.
Ello me hizo recordar aquella inmortal frase del Dr. Esquerdo cuando decía: "En esta santa mansión ni son todos los que están, ni son todos los que son ".
Este centro cesó en sus funciones, al construirse el Hospital Psiquiátrico, en la proximidades del actual de "Infanta Elena"y hogaño casi todos los manicomios españoles han desaparecidos,por lo que esta pesada carga la tienen que soportar sus familiares, o son habilitadas alguna zona de los grandes centros sanitarios, para asistir a estos deficientes mentales.
Esta entrada amigo mio, me ha traído gratos recuerdos de mi infancia.
ResponderEliminarContaba mi madre, las aventuras y anécdotas vividas en ese lugar, donde mi abuelo materno hacia las veces de único guarda-conserje-enfermero, etc del manicomio y como se salvaron de la epidemia de cólera, gracias a los tomates allí cultivados.
Hablamos de tiempos anteriores al 36.
cordiales saudos