miércoles, 16 de septiembre de 2009

POR FAVOR, AMIGO, NO TE PONGAS ENFERMO


He sufrido, en la noche del pasado sábado, día 5, un cólico nefrítico, y con una entereza, sin límites, he superado unos dolores intensos, durante todo el domingo, en espera de requerir, la presencia de mi médico de familia, para que me prescribiera un tratamiento adecuado, ante dicha situación.

El lunes, a las nueve de la mañana, conecté con el teléfono 959-650793, de la Casa del Mar, en Huelva, donde se halla ubicado el Centro de Salud, en el que me han asignado, los servicios sanitarios, de la Seguridad Social

A las catorce y veinte, hacia acto de presencia, una joven, que decía ser la médico, que me iba a atender, a la que invito a que tomara asiento, y de forma descarada, me dice:

No, porque tengo mucha prisa y me marcho enseguida.

Le explico que he estado rabiando, con un dolor intenso, desde el final de semana y que he requerido sus servicios para que me prescriba el tratamiento más correcto y subsanar esta situación, y en forma desairada me manifiesta que yo no pertenezco a su cupo y ha venido a verme, porque me habían incluido en la lista negra, que fuera a la farmacia y les pidiera Nolotil y Paracetamol y que luego me pasara por la Casa del Mar, para que mi médico de cabecera, me extendiera las recetas.

Le hice ver, que tenía 91 años, que me había quedado viudo hace ocho meses, que estaba solo, que debido a una intervención de gonartrosis, en ambas rodillas, que padecía de fuertes dolores, que me impiden caminar y salir a la calle, ya que mi movilidad es reducida, habiéndoseme reconocido la invalidez absoluta, que soy pensionista, después de haber ejercido, durante treinta y ocho años como A.T.S de zona, en Insalud y dieciocho ,como diplomado de empresa, en Azucarera del Guadiana.

A la pregunta que le hice, si tenía derecho a ser asistido,en las circunstancias descritas, en mi domicilio, me respondió:

Yo no le hago a Vd, ninguna receta, ya que no estoy autorizada para ello, y la verdad, me quedé, como el negro del sermón, con los pies fríos y la cabeza caliente.

Señores, adonde ha llegado el deterioro de nuestra Seguridad Social, -¡ Qué poca consideración para estos pobres viejos, que hemos estado cotizando, toda la vida, para tener asegurada nuestra vejez !-.

Esta pléyade de médicos jóvenes, que salen de nuestras facultades, hoy día, sin conocer las reglas deontológicas profesionales, que tratan a los pacientes, con toda clase de desconsideraciones, sin importarles un comino, su comportamiento avergonzante.

Puesto en contacto, en el día de ayer, con la Casa del Mar, me comunicaron, que los médicos de familia, no prestan servicios domiciliarios y que lo comunicaron al Centro de Salud, de las Adoratrices, desde donde me mandaron a esta facultativa.

Amigo lector, procuras no ponerte enfermo, porque lo único que podemos afirmar, es que morir habemus.



1 comentario:

  1. Existen el 061.... que te atiende domiciliariamente y si requiere asistencia en un hospital te trasladan. ¿no lo sabia?

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Agradezco vuestra colaboración,espero veros a menudo por aquí.